LA DEFENSA DE LA VIDA:LA GRAN CAUSA DEL TERCER MILENIO
CONGRESO HUMAN LIFE INTERNATIONAL
HOUSTON - TEXAS
April 18, 1998
CARDINAL LÓPEZ TRUJILLO
En la proximidad del inicio del Tercer Milenio la mirada del
hombre amplía para ver con una perspectiva de mayor alcance cuales son los
problemas cruciales decisivos, de especial portada histórica y para reflexionar
en su solución. La cuestión de la vida, su proclamación, su defensa y la
proclamación y el trabajo por la cultura de la vida contra la cultura de la
muerte, están en el centro mismo del rostro de la futura humanidad.
El alto número de participantes en este congreso con el
peculiar entusiasmo que es fácil experimentar muestra claramente cómo, Ustedes,
queridos hermanos y amigos, son conscientes de la trascendencia del tema que nos
ocupa: realmente vital, como decimos en español "de vida o de muerte"!
Así como San Juan de la Cruz escribía: "En la noche de la
vida se nos examinará en el amor", así hoy podemos decir que a cada uno de
los seres humanos, a cada uno de los pueblos, a toda la humanidad, un tema
central del examen, ante el tribunal de la historia, y, especialmente ante el
tribunal de Dios, será este: cómo respetó el don maravilloso de la vida humana
su propia vida y en la de los demás. El examen será en el amor,
ciertamente, en un amor que exige la justicia, el reconocimiento del sagrado y
fundamental derecho a la vida, base de todos los demás. Ser examinados en el
amor por la vida implica una serie de preguntas que nadie puede evadir y que
siempre resonarán en la conciencia, en el corazón y en la memoria de la
humanidad. Es la pregunta dirigida por el mismo Dios a la responsabilidad de
Cain. Como ser libre y responsable Caín debería ser capaz de responder (eso
quiere decir "responsable"), sobre qué o sobre quién? "Dónde está tu hermano...
qué has hecho?"(Gen 4,9). Cada uno de nosotros y cada uno de los pueblos,
de las naciones, de los Parlamentos, de los políticos, de los gobernantes
siempre estará de frente a esta pregunta, que podríamos formular también así: ¿Qué
has hecho de tu hermano?
Naturalmente esa pregunta que nada ni nadie, puede silenciar,
no obstante todas las estratagemas para no dejarse interpelar por el Señor de la
vida, por el Señor de la historia, resuena, en primer lugar en el recinto de la
familia, en el Santuario de la vida y es dirigida a los padres, al padre y a la
madre. El primer aspecto de una paternidad y de una maternidad responsable
se dirige a quienes son llamados por Dios a ser colaboradores suyos en el
proyecto de la creación para que respondan por su misión de procrear, de
transmitir humanamente, con plena dignidad y responsabilidad, el don sagrado,
(Porque su fuente es Dios mismo) de la vida. La cuestión de la vida es tarea
fundamental de la Familia, fundada sobre el matrimonio, tarea, noble misión de
amor y de justicia, correspondientes a la Comunidad de vida y de amor que forman
los esposos llamados a estar abiertos a la vida. La cuestión trascendental de la
vida, del tratamiento que se le de, está en el corazón de la familia: a ella
corresponde amar, acoger, tutelar la vida; a la familia corresponde defenderla
de todos las amenazas y atentados, sin ahorrar esfuerzo y con mas empeño y
ternura porque se trata del hijo, el mayor don de Dios a los esposos, el más
inocente y necesitado de protección. La cuestión de la vida es simultáneamente
un gran tema social, político, y de la Doctrina Social de la Iglesia. Si el
futuro de la humanidad pasa por la familia, el rostro mismo de la humanidad
recibirá sus rasgos definitorios de acuerdo con el tipo de humanidad que revelen
sus acciones, que muestre su comportamiento con el hombre imagen de Dios.
Tantos aspectos podríamos tratar de la enorme riqueza de la
enseñanza de la Iglesia y muy especialmente de la Enciclica Evangelium Vitae.
Forzosamente he de limitarme a algunos consideraciones que considero
fundamentales. Quisiera proponer algunas consideraciones con la mirada puesta en
el momento histórico, en la vecindad del Tercer milenio y en la coincidencia de
la Celebración este año del cincuentenario de la Declaración universal de los
Derechos humanos.
1) UN GRANDE CONTRASTE
Impresiona verla contraposición, el penoso contraste, entre
el progreso de la ciencia y de la técnica, los avances en el campo de la
producción y el retroceso vergonzoso producido en estas ultimas tres décadas en
términos de humanidad!. Muchos hoy no parecen inquietarse ante la masacre de los
inocentes!
El contraste se hace evidente entre los avances que se
registran respecto de no pocos aspectos en la sensibilidad por la justicia, y la
conculcación de derechos fundamentales, el más fundamental: el derecho de la
persona humana, de todo ser humano, desde el momento de la concepción, a vivir,
a que su vida sea respetada. Hay una sensibilidad por numeros derechos, y esto
es un aspecto muy positivo. Tiene la consciencia el sólo recuerdo de la
esclavitud, de la discriminación. No puede uno creer que hace apena 30 años
en naciones desarrolladas pudiera haber situaciones tan inhumanas como las que
valientemente denuncio Martin Luther King. La geografía del hambre sacude las
conciencias: como pueden coexistir la opulencia, hasta el derroche y la miseria
hasta el hambre que sigue cobrando tantas victimas?. Y cómo explicarse se
mientras crecen modalidades, estructuras, exigencias democráticas, de
igualdad y participación, haya quienes levanten el muro de la ignominia: la
separación caprichosa entre aquellos a quienes les es reconocido, con personas,
el derecho a vivir y los otros, ese otra categoría de personas
constituida por quienes son tratados como cosas, a quienes se les niega
su dignidad de personas y por ello se decido en tantos parlamentos su
eliminación. Más aun: crece la sorpresa y la vergüenza al comprobar que, como lo
subraye el Santo Padre, el delito se quiere hacer pasar como un derecho,
y que esta terrible confusión se vuelva proyectos políticos que se adoptan en
mas naciones y se imponen, con "políticas" conocidas, a otras naciones y a otros
pueblos. Todo come si se trataría de la madurez de la consciencia política, en
una nueva concepción de la libertad y del mismo sentido de la justicia. Eliminar
a otros, que no son injustos agresores, sino inocentes, los mas
inocentes, hasta someterlos a la ejecución capital, puede ser un derecho?... Es,
sin duda, un cruel abuso, una distorsión, una aberración en el campo jurídico
que siembra muerte!..
2) UNA OPCIÓN ANTROPOLOGICA
Se ve cada día más claramente que los atentados crecientes y
sistemáticos contra la vida humana tiene como causa principal un obscurecimiento
de la verdad del hombre. El hombre, en una pobre concepción antropológica
que está a la base de decisiones arbitrarias, decíamos, es tratado como
instrumento, como cosa. Su manipulación y su eliminación son así permitidas. En
el campo político, los Parlamentos que introducen las leyes abortistas,
realmente inicuas, operan con una mentalidad positivista. La ley no debe
regularse por la verdad del hombre. Las opciones políticas de los parlamentos
imponen, en el juego de las "mayorías" su verdad. Lo bueno o lo malo no es
considerado en relación con la dignidad y con los derechos de la persona humana
sino que son las leyes las que dan la entidad moral. Los parlamentos deciden
sobre si a un niño no nacido se le debe reconocer o no la categoría de persona,
con sus correspondientes derechos. Esto explicar la arbitrariedad que tiene en
Estados Unidos su más evidente despropósito en todo lo que está a la base del
Partial birth abortion.
Cuando los Parlamentos tienen alguna duda, pueden llegar
incluso a reconocer que una determinada acción es un delito, pero que, dentro de
determinadas circunstancias, ese delito no merece una pena, un castigo. También
aquí se está delante de una opción injusta y arbitraria.
Así se llega a la difusión de comportamientos crueles e
inhumanos, apoyados en una falsa concepción de la democracia la cual impone sus
criterios y concepciones.
Una falsa antropología que huye ante las exigencias de una
reflexión ontológica y ética, explica también la mentalidad contraceptiva y el
conjunto de políticas demograficas en las cuales se imponen los esquemas
utilitaristas a los pueblos pobres. Un campo de la mayor importancia en la
aplicación, en la enseñanza sistemática de una desviada educación sexual que
prolifera en muchas naciones y que va moldeando una mentalidad sobre el sexo
desligado de la verdad completa de la persona humana, de la libertad
responsable, de un amor digno de ese nombre, de la familia.
Una falsa antropología hace que los problemas no se reduzcan
a un campo u otro, sino que se ponga en juego la totalidad de la persona y de
sus relaciones. Termina por imponerse una visión individualista, en contra de
los valores morales, y concretamente se sustrae la persona de sus deberes
familiares.
La educación para la cultura de la vida ha de comenzar en la
familia. Es necesario estar muy presentes en todo lo que comporte una seria
educación sexual de la cual, de ninguna manera, puede ser alejada la familia.
Resulta incomprensible que no se use, por ejemplo, el documento de Pontificio
Consejo para la Familia o que, de alguna manera, haya quienes, en medios
católicos, pretendan negarle o reducirle autoridad. Por fortuna, en el mundo ha
sido acogido como un instrumento precioso que ofrece los criterios de una buena
antropología. En cambio ciertos modelos y textos o una espurea educación sexual
inoculan una falsa concepción del hombre y de la mujer, que llevaría a un tipo
falso de juventud, de humanidad. La pregunta del Santo Padre a los Jefes de
Estados, en los umbrales de la conferencia de El Cairo, tiene toda su actualidad
y gravedad: que tipo de juventud quieren para el futuro? Todo esto tiene que ver
con el estilo de vida. Y todo está interconectado: una mentalidad
desviada y confusa invade todos los campos. La concepción, por ejemplo, de un
tipo de mujer conduce comportamientos en los que la maternidad, la fidelidad
conjugal, la ética sexual, etc.. quedan minadas.
Por esto en los movimientos pro-vida, y en los movimientos de
familia, se requiere una muy seria formación. La eficacia en la acción proviene
de la capacidad de una formación a fondo de los lideres, para lo cual los
cursos, seminarios, Congresos son de una gran utilidad.
La confusión, la oscuridad, solo serán vencidas con la luz de
la verdad. Para ello la fe y la razón deben ofrecer una visión armónica.
Afortunadamente contamos con un muy rico magisterio!..
3) UN ACCIÓN, BAJO EL SIGNO DE LA UNIDAD
Los retos que enfrentamos son inmensos.. Las fuerzas de la
disgregación poderosas. La prepotencia económica y política es gigantesca.. Si,
la lucha que hemos de librar no es fácil. El gigante impone su mentalidad y sus
condiciones. Se llega incluso a no aceptar que se denuncien las leyes injustas,
como si esto fuera un atentado contra la democracia. Hay intentos, como se sabe,
de presentar el aborto como parte de los Derechos Humanos. Oponerse a ese
derecho seria entonces un delito!. Pero, aunque no se llegue a tales extremos,
ya hay fenómenos preocupantes. Los movimientos pro-vida tendrían entonces que
cruzarse de brazos, desactivarse. En manera alguna se puede incurrir en
procedimientos violentos!. Sin embargo las actividades no pueden dejar de ser
vigorosos, expresivas y constantes las denuncias, masivas y también publicas las
manifestaciones, por ejemplo en los grandes congresos que llenan plazas,
estadios. Seria una tentación totalitaria si los derechos de quienes defienden
la vida fueran calificados de delitos!. En los movimientos pro-vida es necesario
estar muy bien preparados para poder responder adecuada y oportunamente a una
serie de complicaciones que impliquen un tratamiento discriminatorio.
Es necesario mantener y fortalecer el dialogo con quienes
tienen en la sociedad capacidad de decisión. El dialogo y la cooperación ha de
abrirse más y mas a una concertada acción ecuménica en el cristianismo.
Hay todo un mundo, en este campo, lleno de posibilidades, entre las distintas
Iglesias y Confesiones. El dialogo con las Religiones no cristianas será
de grande importancia. Hay una fundamental convergencia, por ejemplo, en la
defensa de la vida con el Islam. Personalmente he tenido la oportunidad de haber
sido invitado y de haber participado, en dos importantes congresos Panislamicos.
Con el judaísmo será importante adelantar un dialogo. Habrá que buscar, con
imaginación creadora, oportunidades de dialogo y acción. La identidad y
convergencia que nos viene de la Revelación es todo un tesoro que asegura una
lucha común.
Hay que potenciar, con todo entusiasmo, la unidad entre los
diversos movimientos Pro-Vida, confesionales o no. Se han venido dando pasos muy
positivos al respecto. Los Congresos mundiales que el Pontificio Consejo para la
Familia ha llevado a cabo han contribuido notablemente. Hemos celebrado ya dos
en Roma y uno en Bratislava. El próximo pensamos que seria magnifico poderlo
realizar en Estados Unidos.
La unidad es una gran riqueza y una gran urgencia, en la
misma Iglesia. El contenido de esa unidad lo da la Enciclica Evangelium vitae.
Es indispensable que no se separen los campos de trabajo entre la Familia y la
Vida. Forman una unidad inseparable. Insistimos en esta verdad: No familia sin
vida y no vida sin familia!
Unidad en todos los campos, entre las Conferencias
Episcopales y los obispos y los movimientos. En todas las naciones del mundo se
reconoce la prioridad y urgencia de la Pastoral Familiar y de la Pastoral Para
la Vida, unidas y complementarías. Como Pastores sabemos bien que el rebaño que
el Señor nos encomendó está amenazado por lobos rapaces, por gigantes llenos de
poder y pertinacia. Y el peligro se cierne con dimensiones planetarias sobre
toda la familia humana. La unida es condición de la eficacia. En el Pontificio
Consejo para la Familia buscamos estar siempre al servicio de esa unidad
concreta y exigente en el servicio de esta causa de la vida que definirá el
rostro de la nueva humanidad en el Tercer milenio.
CONCLUSIÓN
El Señor de la vida es nuestra fuerza, nuestra roca nuestra
esperanza. La cruz victoriosa es fuente de vida y de esperanza. ! Ave Crux,
Spes Unica!. En el misterio de la cruz redentora la misma dignidad humana es
proclamada y, herida por el pecado, es redimida y liberada. Desde la Iglesia
hemos de "contagiar" al mundo esa esperanza, anunciando el Evangelio de la vida
en Jesucristo. De esa vida que tiene en dios su fuente, por ello es sagrada y
que en El encuentra su plenitud. La vida que surgió como un torrente de luz en
las entrañas de Maria: Cristo es el esplendor de la verdad y la Luz del Mundo.
La vida que irradia su luz nueva en el seno de toda madre; la vida que crece y
hace su camino hasta Dios. La vida amenazada, que sufre dolores de parto; la
vida que avanza como un río de liberación!