La Navidad y la sagrada impaciencia

 
Fr. Frank Pavone
National Director, Priests for Life
December 30, 2013


La Navidad se trata de entregar amor. Dios se hace humano para liberar a la humanidad de la opresión del pecado y la muerte. 

 Aceptar a Cristo y celebrar la Navidad se traduce en abrazar esa libertad, y esforzarse para que cada ser humano la experimente.

 Por eso evangelizamos. Y por eso trabajamos por Justicia. 

"Realmente él nos enseño a amarnos los unos a los otros, su ley es amor, y su evangelio es paz. Las cadenas él romperá porque el esclavo es nuestro hermano, y en su nombre, toda opresión cesará. "

 Abolicionistas usaron este verso de este himno de Navidad para encender el fervor y acabar con la esclavitud.

 Hoy, nosotros en el movimiento Pro-vida la usamos para despertar el fervor y acabar con el aborto. 
 Y lo hacemos inspirados en William Wilberforce, principal catalizador de la abolición del comercio de esclavos. 
 
 En su "Discurso de Abolición" al Parlamento, el 12 de mayo de 1789, él expreso el imperativo humano que se apoderó de él e hizo su promesa de abolición total de la esclavitud. 

"¿Cómo puede entonces la Cámara negarse a creer los múltiples testimonios sobre el trato salvaje de los negros en la travesía intermedia? Más bien, en verdad, ¿Qué necesidad hay de pruebas? 

 El número de muertes habla por sí sola, y hace que toda investigación sea superflua. 
 En cuanto llegué a este punto en mi investigación acerca del comercio de esclavos , confieso, era tan grande, tan perverso,  su crueldad irremediable me hizo comprometerme a su abolición. 

Un comercio basado en la iniquidad y continuado como era este, debe ser abolido. Dejo que las consecuencias sean lo que serían, y a partir de este instante he decidido que no descansaré hasta que se haya efectuado su abolición." 

Tres años después, el 18 de febrero de 1796, hizo otra moción por la abolición en el parlamento. Colegas aburridos llamaron a suspender el tema de la abolición hasta el final del  año, Wilberforce respondió, 

" Hay algo ni un poco incitador en la manera serena y seca en la que los caballeros están propensos a hablar de los sufrimientos de otros. ¡Suspendida la moción! ¿Está la desolación de la miserable África suspendida? ¿Están todas las complejas miserias de este atroz comercio-Está el trabajo de la muerte suspendido? ¡No señor, no demoraré esta moción, y le voy a pedir a la Cámara no insultar la paciencia del cielo al demorar este tardío acto de justicia!" (Metaxas p163) 

Presta atención a lo que lo motiva. Lo humano de las víctimas se conecta con su propia humanidad . Él no observó la opresión a la distancia, y no se mantuvo desapegado emocionalmente del aprieto de los esclavos.  No tuvo miedo de ser conmovido  -- y esa fue la única manera que conmovió a otros. 

Y aún muchos tratan de no verse "involucrados" en la tragedia del aborto. Pero es precisamente esa la aproximación errónea. Detendremos el aborto sólo cuando suficientes de nosotros nos conectemos, mental y emocionalmente, con la tragedia humana que representa, y finalmente beber profundamente de ese imperativo humano, y embriagarnos de esa sagrada impaciencia.

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