Un lenguaje correcto sobre embarazo y aborto
P. Frank Pavone
Director Nacional
Sacerdotes por la Vida
Cuando una mujer está embarazada, con frecuencia se dice que "está esperando
un hijo" o "va a tener un hijo", o "va a ser mamá". Todos usamos estas
expresiones por mera costumbre, y esto no afecta para nada la fuerza de nuestras
convicciones pro-vida.
Sin embargo, yo sugiero que dejemos de utilizar estas frases, pues no
expresan la realidad en forma veraz.
Una mujer embarazada no está "esperando" un hijo. Ya lo tiene. El niño
existe, vive y crece en su vientre. Ella no está por "traerlo al mundo". El ya
está en el mundo. El vientre de la madre está en el mundo tanto como la madre
misma.
La mujer embarazada no "será" madre. Ya lo es. Al decir que ella "será"
madre, inadvertidamente estamos reforzando la idea de que la maternidad empieza
con el nacimiento. Esto refuerza la idea de que el niño en realidad lo es sólo a
partir del nacimiento.
Una mujer embarazada es una madre completa. No tiene "medio" hijo o un hijo
"en camino" ("En camino" ¿de donde?) El niño ya está aquí, en este mundo, en
toda su singularidad y en posesión de la misma dignidad que cualquier otra
persona.
Si nuestro lenguaje refleja esta realidad, contribuiremos a la comprensión de
que los niños en el vientre de su madre son ya miembros de la familia humana.
¡Ahora y aquí!
Entonces la gente podrá hacer la pregunta correcta acerca del aborto
Las razones que muchos dan favor del aborto, giran en torno a la pregunta
"¿Deberá ella tener otro hijo?" Nuestra respuesta a puede algunas veces ser
"no". Puede haber circunstancias -médicas, financieras y sociales—en las que una
persona no deba tener otro hijo.
Sin embargo, si una mujer está embarazada, ella ya tiene un hijo. La cuestión
del aborto no es la de traer o no un niño al mundo, ¡sino la de expulsarlo o no
del mundo! La cuestión es: "¿Se le cuidará o se le matará?" Mientras algunas
veces podemos decir que las circunstancias nos impiden tener otro hijo, nunca
podemos decir que las circunstancias nos obligan a matar a un niño.
Somos de hecho muy sensibles a circunstancias como la inmadurez o la falta de
recursos para criar al niño. Sin embargo, si el niño naciese ¿desaparecerían los
problemas de inmadurez o carencia de recursos al día siguiente del nacimiento?
Por su puesto que no. Sin embargo, a partir de ese día cualquiera podría ver que
matar al niño no tendría justificación posible. ¿Qué hace al aborto diferente?
El lenguaje es poderoso. Refleja y le da forma a lo que hay en la mente y en
el corazón. Un paso pequeño pero necesario para poner fin al aborto consiste en
emplear la palabras correctas y hacer la preguntas adecuadas.
Sacerdotes por la Vida: PO Box 236695, Cocoa, FL 32923 Tel. 321-500-1000
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