Orar y Obrar
Por el Revdo. Padre Frank Pavone
Director Nacional, Sacerdotes Pro-Vida
La piedra angular de todo lo que puede lograrse en el movimiento pro-vida es
la oración. "Sin mi", dijo Cristo, "nada pueden ustedes"(Juan 15:5). Jesús no
solo nos "ayuda" como si estuviéramos trabajando solos y El llegara a aliviar la
carga. Más bien, ni tan siquiera podemos comenzar una buena obra sin tener Su
acción salvadora dentro de nosotros. Todo cuando hacemos es un regalo de El.
Necesitamos orar más, y con mayor fervor.
Pero hay que tener cuidado de no abusar de algo bueno. Aún la oración puede
resultar una excusa, un refugio de nuestra responsabilidad de actuar para que no
sigan los abortos. Las formas de actuar son muchas y variadas. No estamos
hablando de un tipo específico. Pero estamos llamados a obrar.
¿Por qué?
Por la misma razón que somos llamados a orar. ¿Necesita Dios realmente
nuestras oraciones? ¿Es preciso recordarle Sus obligaciones, o decirle que haga
Su trabajo? Desde luego que no. Sin embargo, El nos llama a la oración porque
quiere hacernos partícipes en lo que El hace. Por eso, si nos llama a orar, aún
cuando podría actuar sin nuestras oraciones, es lógico que nos llame a obrar aún
cuando puede actuar sin nuestras obras. Dios no nos llama porque nos necesita,
El nos escoge para utilizarnos.
Orar no es tan solo pedirle a Dios que haga algo. Esta es un parte, pero hay
más. La oración es una unión con Dios. Orar significa abrirnos a Dios tan
ampliamente que El pueda entrar y hacer algo ¡ por medio de nosotros! La oración
y la acción no son dos opciones separadas, sino dos aspectos de una misma
realidad: la unión con Dios.
Cuando venimos a orar, venimos al Dios vivo, un fuego devorador, la fuente de
toda actividad. Cuando salimos de orar no debemos sentirnos calmados, sino
inquietos. No debemos sentir que hemos cumplido nuestro deber, sino más bien que
se nos ha asignado nuestro deber.
Tengan cuidado cuando le pidan a Dios que acabe con los abortos. Su respuesta
puede ser alcanzarlos desde el cielo, agarrarlos por la nuca, y lanzarlos a la
batalla. Dios no va a abrir los cielos, para descender y advertirle a nuestro
país que pare los abortos. Lo que hará es poner la convicción en vuestros
corazones y palabras en vuestros labios, y les ordenará que ¡hablen y actúen!
Nunca debemos usar la oración para escapar de la acción. Por el contrario,
debemos sumirnos en la verdadera oración, que nos permite obrar en unión con
Dios, El que destruye la muerte y devuelve la vida.
Revdo. Padre Frank A. Pavone
Director Nacional
Other material in
Spanish