Al encontrarnos aquí reunidos para orar juntos, pienso en lo
bello que será si comenzamos con una oración que expresa muy
bien lo que Jesús quiere que hagamos por los más pequeños. San
Francisco de Asís comprendía muy bien las palabras de Jesús y su
vida quedó bien plasmada en esta oración. Esta oración que
nosotras decimos todos los días después de recibir la Santa
Comunión, no deja de sorprenderme, porque la encuentro muy
adecuada para cada uno de nosotros. Siempre me he preguntado si
hace ochocientos años, cuando San Francisco vivió, tuvieron las
mismas dificultades que enfrentamos hoy en día. Creo que ya
algunos se sabe la oración de la Paz, por lo tanto la rezaremos
juntos.
Demos gracias a Dios por la oportunidad que nos ha dado en
venir a orar juntos. Hemos venido aquí, para orar,
especialmente, por la paz, gozo y amor. Recordemos que Jesús
vino a entregarle las buenas noticias a los pobres. El nos dijo
cuales eran esas buenas noticias cuando dijo: "Mi Paz os dejo,
Mi Paz os doy." El no vino a dar la paz que da el mundo, la cual
es simplemente la que unos no molestan a otros. Él vino a dar la
paz del corazón, la cual viene cuando amamos hacer el bien al
prójimo.
Dios amó tanto al mundo que le entregó su
único Hijo - era ya un hecho. Dios le dio su Hijo a la Virgen
María, ¿y qué fue lo que Ella hizo? En cuanto Jesús vino a la
vida de María, Ella inmediatamente fue rápido a dar las buenas
noticias. Y entró a la casa de su prima Isabel, y las Escrituras
dicen que su hijo, aún no nacido, el niño dentro del vientre de
Isabel, saltó de gozo. Desde el vientre de María, Jesús trajo
paz a Juan el bautista quien saltó de gozo en el vientre de
Isabel.
Y como si no fuera suficiente, que Dios Hijo
se hiciera uno de nosotros y nos trajera Paz y Gozo mientras
todavía se encontraba en el vientre de María, Jesús también
murió en la Cruz para demostrar un amor aún más grande. El murió
para ti y para mi, y por el leproso, y por el que muere de
hambre, y por el que se encuentra desnudo y tendido en la calle,
no solo de Calcuta, sino de Africa, y de todos lados. Nuestras
hermanas le sirven a los pobres en 105 países alrededor del
mundo. Jesús insistió que nos amaramos los unos a los otros como
El nos ama. Jesús dio su vida para amarnos y nos dice que
nosotros también debemos dar lo que sea para hacer el bien al
prójimo. En los evangelios, Jesús dice claramente: "Amense como
yo los he amado." Jesús murió en la Cruz porque eso es lo que se
requería de El para hacer un bien por todos nosotros, para
salvarnos de nuestros pecados de egoísmos. El dio todo para
cumplir con la voluntad del Padre para demostrarnos que nosotros
también debemos estar dispuestos a darlo todo para cumplir la
voluntad de Dios, para amarnos los unos a los otros como El nos
ha amado. Si nosotros no estamos dispuestos a darlo todo para
hacer el bien al prójimo, el pecado todavía vive en nosotros. Es
por ello que nosotros también debemos dar hasta que duela. No es
suficiente que digamos "Amo a Dios". Tengo también que amar a mi
prójimo. San Juan nos advierte que somos mentirosos si decimos
que amamos a Dios y no amamos a nuestro prójimo.
¿Cómo se puede amar a Dios, a quien no se ve,
si no amas a tu prójimo a quien puedes ver, puedes tocar, y con
quien vives?
Por lo tanto, es muy importante entender que
amar, para que sea verdadero amor, tiene que doler. Debo estar
dispuesto a darlo todo, lo que sea para no hacerle daño a la
gente y, de hecho, para hacerle el bien. Esto requiere que yo
esté dispuesto a dar hasta que duela. De otro modo, no hay
verdadero amor en mi y por ende, en lugar de traer buenas
noticias, le traigo injusticia, y no traigo paz a los que están
a mi alrededor. A Jesús le dolió amarnos. Hemos sido creados a
Su imagen para cosas mucho más grandes, para amar y ser amados.
Debemos "vestirnos de Cristo" como dicen las Escrituras. Por
eso, hemos sido creados para amar y ser amados, Dios se hizo
hombre para comprobarnos que podemos amar de la misma manera que
El nos amó. Jesús se hace el hambriento, el desnudo, el
desamparado, el rechazado, y nos dice, "me lo hicieron a mi". En
el último día El le dirá a los de su derecha, "Lo que hicieron a
uno de mis pequeños, me lo hicieron a Mi" y también dirá a los
de su izquierda, " Lo que dejaron de hacer a uno de mis
pequeños, me lo dejaron de hacer a Mi."
Cuando Jesús moría en la cruz, dijo "Tengo
sed." Jesús está sediento por su amor, esta es la sed de todos,
pobres y ricos. Todos estamos sedientos por el amor de otros,
ver que alguien vaya fuera de su camino no solo para dejarnos de
hacer un daño sino al contrario para hacernos un bien. Este es
el significado del verdadero amor, dar hasta que duela.
Nunca se me olvidará la experiencia que tuve
al visitar una institución donde los hijos envían a sus Padres
ya de la tercera edad para olvidarse de ellos. Vi que en este
hogar, esta gente de tercera edad lo tenía todo, buena comida,
un lugar cómodo, televisión, lo tienen todo, sin embargo todos
tenían sus miradas puestas en las puertas de entrada. Y no vi a
ninguno con una sonrisa en sus rostros. Yo le pregunté a la
Hermana: " ¿Porqué ellos, que tienen todas las comodidades aquí,
porqué miran hacia las puertas?¿Porqué no sonríen?" Yo estoy tan
acostumbrada a ver sonrisas en los rostros de la gente,
inclusive hasta los moribundos. Y la Hermana dijo: "Así es aquí
todos los días. Ellos siguen esperando, y deseando que un hijo o
una hija los vengan a visitar. Ellos están dolidos porque han
sido olvidados." Falta de amor trae pobreza espiritual. Tal ves
en nuestras propias familias, tenemos a alguien que se sienta
solo, enfermo, preocupado. ¿Estamos con ellos? ¿Los acompañamos
o los ponemos al cuidado de otros? ¿Estamos dispuestos a dar
hasta que duela para estar con nuestras familias, o ponemos
nuestros propios intereses primero? Estas son las preguntas que
nos debemos hacer, especialmente al comienzo del año de la
familia. Debemos recordar que el amor comienza en casa y debemos
recordad que "el futuro de la humanidad pasa a través de la
familia."
Me sorprendió ver en el Occidente, que tantos
jóvenes se entregan a las drogas. Yo he tratado de averiguar
porqué. ¿Porqué en el Occidente son así, si tienen muchísimo más
que los de Oriente? La respuesta fue: " Porque no hay nadie en
sus familias para recibirlos." Nuestros hijos dependen de
nosotros para todos, su salud, su nutrición, su seguridad, el
conocer y el amar a Dios. Por todo esto, ellos nos miran con
confianza, esperanza y expectativa. Pero muy a menudo el Padre y
la Madre están tan ocupados que no tienen tiempo para sus hijos,
o tal ves ni siquiera están casados o se han dado por vencidos
en su matrimonio. Por lo tanto, los niños van a las calles y se
involucran con las drogas y con otras cosas. Hablamos del amor a
los niños que es donde el amor y la paz deben comenzar. Estos
son los hechos que contribuyen al rompimiento de la paz. Pero
siento que el mayor destructor de la paz hoy en día es el
aborto, porque es la guerra en contra los niños, el asesinato
directo de los inocentes, asesinato de la Madre en contra de si
misma.
Si nosotros aceptamos que una Madre asesine a
su propio hijo, ¿cómo entonces podemos decirle a otros que no se
maten entre sí? ¿Cómo podemos convencer a una mujer de no tener
un aborto? Como en todo, debemos persuadirla con amor y nos
recordamos que amar significa dar hasta que duela. Jesús dio
hasta su vida por amarnos. Así es que, la Madre, que esté
pensando en tener un aborto, debe ser ayudada a amar, o sea dar
hasta que le duelan sus planes, o su tiempo libre, para que
respete la vida de su hijo. El Padre de ese niño, quien quiera
que sea, debe dar también hasta que le duela. Con el aborto, la
Madre no aprende a amar, sino a matar hasta su propio hijo para
resolver sus problemas.
Y con el aborto, al Padre se le dice que no
tiene que tener responsabilidad alguna por el niño que ha traído
a la vida. El Padre es capaz de poner a otras mujeres en la
misma circunstancia. Por lo tanto el aborto solo lleva a más
abortos. Cualquier país que acepte el aborto, no le enseña a su
gente a amar, sino a utilizar violencia para recibir lo que
quieran. Es por esto que el mayor destructor del amor y de la
paz es el aborto.
Mucha gente se preocupan bastante por los
niños de la India, con los niños de Africa donde muchos mueren
de hambre, etc. Mucha gente también se preocupan por toda la
violencia en esta gran nación de los Estados Unidos. Preocuparse
por esto es bueno. Pero casi siempre a esta misma gente no les
interesan los millones que intencionalmente están siendo
asesinados por decisión de sus propias Madres. Y este es el
mayor destructor de la paz hoy en día - el aborto cegó a la
gente.
Y por esto yo apelo en la India y en
cualquier lugar - "traigamos de regreso a los niños." El niño es
un regalo de Dios para la familia. Cada niño está creado de
manera especial a la imagen y semejanza de Dios para grandes
cosas. Para amar y ser amado. En este año de la familia, debemos
traer a los niños al centro de nuestro cuidado y atención. Esta
es la única manera en la que este mundo podrá sobrevivir, porque
nuestros hijos son la única esperanza para el futuro. Cuando los
ancianos son llamados a donde Dios, solo sus hijos los pueden
reemplazar.
¿Pero que es lo que Dios nos dice? El dice:
"Aunque la Madre olvidase a su hijo, Yo no te olvidaría. Te he
grabado en la palma de mi mano." Todos estamos grabados en la
palma de sus manos; el niño que fue abortado, también está
grabado en la palma de su mano desde el momento de concepción y
es llamado, por Dios, para amar y ser amado, no solo ahora en
esta vida, pero para siempre. Dios no nos olvida nunca.
Les diré algo hermoso. Luchamos contra el
aborto con la adopción, cuidando a la Madre y adoptando al niño.
Hemos salvado a miles de vidas. Le hemos comunicado a las
clínicas, a los hospitales y a las estaciones de policía :"Por
favor no destruyan a los niños; nosotras nos encargaremos de
ellos." Así es que siempre tenemos a alguien que le dice a las
Madres en problemas: " Vengan, nosotros te cuidaremos, le
conseguiremos un hogar a tu hijo." Y tenemos una gran demanda de
parejas que no pueden tener hijos pero nunca le daré un hijo a
una pareja que han hecho algo para no tener a un hijo. Jesús
dijo "Quien quiera que reciba a este niño en mi nombre, a Mí me
recibe." Al adoptar a un niño, estas parejas reciben a Jesús
pero, al abortar a un niño, la pareja rechaza a Jesús.
Por favor no asesinen a los niños. Yo quiero
a los niños. Por favor entréguenme los niños. Yo estoy dispuesta
a aceptar a cualquier niño que lo hayan querido abortar y se lo
entregaré a una pareja casada que lo amará y serán amados por
ese niño.
Solo en nuestro hogar en Calcuta, hemos
salvado a más de 3000 niños del aborto. Estos niños han traído
tanto amor y gozo a sus Padres adoptivos y han llegado a crecer
llenos de amor y gozo. Yo se que las parejas deben planificar
sus familias pero para eso hay planificación familiar natural.
La manera de planificar las familias es por
medios naturales no por medios anti conceptivos. Al destruir el
poder de dar vida, por medio de la anti concepción, la pareja se
hace daño a sí misma. Esto cambia la atención a sí mismos y
destruye el regalo de amarse el uno al otro. Al amarse, el uno
al otro, la atención está en el amor de uno para el otro. Al
amarse, la pareja se da atención el uno al otro y esto es lo que
sucede con la planificación familiar natural, y no hacia sí
mismos como sucede egoísticamente con la anti concepción. Una
vez el amor viviente es destruido por la anti concepción, el
aborto le prosigue fácilmente como el paso a seguir.
Yo se que hay grandes problemas en el mundo,
que muchas parejas no se aman lo suficiente para utilizar
planificación familiar natural. No podemos resolver todos los
problemas del mundo, pero no permitan traer el peor problema de
todos, y ese es el que destruye el amor. Y esto es lo que pasa
cuando la gente practica anti concepción y aborto.
Hay muchos pobres en el mundo. Ellos nos
pueden enseñar muchas cosas bellas. Una vez, una de ellas vino a
agradecerme por enseñarle planificación familiar natural y dijo:
"Ustedes que practican castidad, son los mejores en enseñarnos
planificación familiar natural porque no es nada más que auto
control por amor del uno al otro." Y lo que esta persona pobre
dijo es muy cierto. La gente pobre pueda que no tengan nada que
comer, tal ves no tengan un hogar donde vivir, pero son personas
grandiosas y muy ricas espiritualmente.
Cuando recojo a una persona e la calle,
hambrienta, yo le doy un plato de arroz y un pedazo de pan. Pero
una persona que está sola, se siente rechazada, como que nadie
la ama, atemorizada, esa persona que ha sido rechazada por la
sociedad, tiene una pobreza que es mucho más difícil de vencer y
esa es la pobreza espiritual. El aborto, el cual prosigue a la
anti concepción, lleva a la gente a ser espiritualmente pobre, y
esa es la peor pobreza y la más difícil de vencer.
Los que son materialmente pobres pueden ser
gente maravillosa. Una tarde fuimos a recoger cuatro personas de
la calle. Una de ellas estaba en una condición horrible. Le dije
a las Hermanas :"Ustedes encárguense de las otras tres; yo me
encargaré de la que se ve peor." Así es que hice todo lo que mi
amor pudo hacer por ella. La acosté en una cama y ella tenía una
bellísima sonrisa en su rostro. Ella me tomó de la mano, y dijo
una tan sola palabra: "gracias" y luego murió.
No pude hacer nada más que examinar mi
conciencia ante ella.Y pregunté "¿Qué diría yo si estuviera en
su lugar?" Mi respuesta fue sencilla. Yo hubiese tratado de
atraer atención. Hubiera dicho: "tengo hambre, me muero, tengo
frío, estoy en dolor" o algo. Pero ella me dio mucho más, ella
me dio su gran amor. Y murió con una sonrisa en su rostro.
También había un hombre que recogimos de los alcantarillados,
medio comido por los gusanos y, después que lo trajimos a la
casa, el solo dijo:
"He vivido como un animal en la calle, pero
voy a morir como un ángel, amado y cuidado."
Luego, después que le quitamos los gusanos
del cuerpo, todo lo que dijo, con una gran sonrisa fue:
"Hermana, voy a casa donde Dios" y luego murió. Fue tan
maravilloso ver la grandeza de ese hombre que podía hablar así,
sin culpar a nadie, sin comparar nada. Como un ángel, esta es la
grandeza de la gente que son espiritualmente ricos aunque sean
materialmente pobres. No somos trabajadoras sociales. Podremos
hacer trabajo social a los ojos de algunas gentes, pero nosotras
debemos ser contemplativas en el corazón del mundo. Porque
tocamos el cuerpo de Cristo y estamos siempre en su presencia.
Ustedes también deben traer la presencia de
Dios a sus familias, porque la familia que reza unida, se
mantiene unida.
Hay demasiado odio, demasiada miseria, y con
nuestras oraciones, con nuestros sacrificios comenzamos desde el
hogar. El amor comienza en casa, y no es cuanto hacemos, pero
cuanto amor ponemos en lo que hacemos.
Si somos contemplativas en el corazón del
mundo con todos los problemas, estos nunca nos podrán desanimar.
Debemos recordar siempre que Dios nos dice en las Escrituras:
"Aunque una Madre olvidase a su hijo en su vientre, algo
imposible, pero si ella lo llegara a olvidar, Yo nunca te
olvidaría." Y por eso me encuentro aquí dirigiéndome a ustedes.
Quiero encontrar a los pobres aquí, justo en sus propios hogares
primero. Y comenzar a amar ahí. Sean portadores de buenas
noticias a su familia primero. Y luego a sus vecinos. ¿Los
conocen? Yo tuve una gran experiencia de amor al prójimo con una
familia Hindú. Un hombre vino a nuestro hogar y dijo: " Madre
Teresa, hay una familia que no ha comido por mucho tiempo. Haga
algo." Así es que tomé algo de arroz y fui inmediatamente. Y vi
a los niños, sus ojos brillaban de hambre. No se si alguna vez
han visto hambre. Yo si y con mucha frecuencia. Y la Madre de la
familia tomó el arroz que les di y fue afuera. Cuando regresó,
le pregunté: "¿Adonde fue? ¿qué fue lo que hizo?" Y me dio una
respuesta muy sencilla: "Ellos también tienen hambre." Lo que me
impactó fue que ella sabía eso, y quienes eran también. Una
familia de Musulmanes, y ella lo sabía. No traje más arroz esa
tarde porque quería que ellos, Hindúes y Musulmanes, disfrutaran
de el gozo de compartir. Y los niños irradiaban gozo,
compartiendo el gozo y la paz con su Madre porque ella supo amar
hasta que le dolió. Y ven que ahí es donde comienza, en casa con
la familia.
Así es que, como lo demuestra esta familia,
Dios nunca nos olvida y siempre hay algo que ustedes y yo
podemos hacer. Podemos mantener el gozo de amar a Jesús en
nuestros corazones, y compartir ese gozo con todos los que
entremos en contacto. Tomemos una determinación, que ningún niño
sea rechazado o que no sea amado, o que no se preocupen por el o
que no lo asesinen y lo tiren a la basura. Y den hasta que
duela, con una sonrisa.
Ya que hablo mucho de dar con una sonrisa,
una vez un profesor de los Estados Unidos me preguntó:"¿Esta
casada?" y le dije : "si, y a veces encuentro muy difícil darle
una sonrisa a mi esposo, Jesús, porque El puede ser bastante
exigente a veces". Esto es verdaderamente cierto.
Y de ahí es de donde sale el amor, cuando es
exigente, y cuando todavía podemos darlo con gozo.
Una de las cosas más exigentes para mi es
viajar a cualquier lado - y con publicidad. Yo le dije a Jesús
que si no voy al cielo por cualquier otra cosa, que iré al cielo
por lo menos por todos los viajes, con toda la publicidad, que
hago, eso me ha purificado y me ha sacrificado, y en verdad me
ha preparado para ir al cielo. Si recordamos que Dios nos ama, y
que podemos amar a otros así como El nos ama, entonces América
puede llegar a ser una señal de paz para el mundo.
Desde aquí, un aviso de cuidar a los más
débiles, a los no nacidos, debe salir hacia el mundo. Si ustedes
se convierten en un faro ardiente de justicia y paz en el mundo,
entonces verdaderamente serán fieles a lo que los fundadores de
este país representaban.
Que Dios los bendiga!