Corren tiempos de preparación de elecciones parlamentarias y regionales en los Estados Unidos. Ya hace unas semanas publicamos un artículo en el cual abordamos el tema de la responsabilidad política de los cristianos. Una de las ideas que desarrollamos fue la explicación de la diferencia entre participación política y la participación político partidista. Política en el sentido más general se refiere a estar interesados en el bien común y actuar para garantizarlo. La conclusión de aquel artículo fue, que todos los bautizados estamos obligados moralmente a participar en lo público para fomentar al bien común.
Evidentemente que uno de los aspectos de la vida pública que influye más en una sociedad, es la elección de sus autoridades gubernamentales en los diversos niveles, desde los estamentos parroquiales más básicos hasta llegar a la elección del presidente de la nación. Sin embargo, una triste y lamentable realidad que se constata en algunas latitudes, es que en muchas ocasiones los cristianos, sin importar la confesión a la que se pertenece, no solemos considerar un deber moral evangélico el registro y la posterior votación en las elecciones. Les voy a dar una prueba muy sencilla de lo que les estoy señalando.
Si en un estado como California, primero en población hispana según el último censo –y de mayoría cristiana sin duda- , y que tiene el triste record de ocupar el segundo lugar como estado Pro Cultura de la Muerte, los católicos y los cristianos en general votaran en las elecciones por los candidatos que defiendan la vida, seguramente que no tuvieran la desgracia de estar en la lista roja de los 10 primeros estados de la unión más Pro Cultura de la Muerte.
Ecumenismo es el trabajo por la unidad de las diferentes confesiones cristianas inspiradas en las mismas palabras de Jesús: “Que todos sean uno” Jn 17,21. Estoy recordando ahora, cuando escribo este artículo, a mi profesor de ecumenismo que nos enseñó la importancia de buscar los puntos comunes en este trabajo ecuménico. En otras palabras, fijarnos más en los que nos une que en lo que nos separa para fomentar el diálogo y el acuerdo, sin que ello signifique renunciar a nuestra identidad propia en el proceso. Así, por ejemplo, todos los cristianos podemos rezar juntos el Padre Nuestro y atender, en un apostolado conjunto, a los enfermos de Sida. Otro punto en común para los cristianos es la defensa del derecho a la Vida que se basa en que toda vida es sagrada por ser creación de Dios y en el 5to mandamiento que nos manda “no matar”. Salvo algunas aberraciones de los llamados “cristianos pro elección”, totalmente alejados del Evangelio, la gran mayoría de los cristianos somos Pro Vida basados en el Evangelio de Jesús. Esta es una nación compuesta por una clara mayoría cristiana. Creo que va siendo hora que lo comprobemos también en terreno político partidista, especialmente nosotros los hispanos, con una participación masiva en las próximas elecciones.
¿Qué pasaría si todos a una, todas las confesiones cristianas “estando en la misma página” -como dice la expresión estadounidense tan usada-, organizáramos el registro masivo de electores y promocionáramos conjuntamente el voto Pro Vida? Respuesta sencilla: California y New York, por ejemplo, serían unos Estados Pro Vida y no unos Estados Pro Muerte.
En el tema del aborto suelo recordar un comentario de nuestro Director Nacional, el P Frank Pavone, quien en una ocasión nos contó que algunas personas se admiran mucho por su posición a favor de la Vida. Entonces él nos dijo sobre eso: “…bueno… en realidad no es una posición muy compleja, simplemente se trata de reconocer que matar bebés es malo, y proteger su vida es bueno”. Pues esta sencilla idea que se corresponde con la Verdad y el Bien hoy esta negada por la ley en los Estados Unidos, que desde 1973 ya ha cobrado más de 50 millones de vidas humanas por el aborto. ¿Hasta cuándo seguiremos permitiendo la aberración de este holocausto?
Yo quiero proponer el “Ecumenismo en la política” para las próximas elecciones en los Estados Unidos. Que todas la Iglesias que creemos en el derecho a la Vida consagrada en la Ley de Dios, organicemos una gran campaña nacional para registrar votantes, especialmente hispanos, y darles información sobre la posición de los candidatos respecto al aborto.
En un país como los Estados Unidos, en donde la abstención en algunas elecciones ha sobrepasado el 50%, estamos seguros que si logramos convencer a los cristianos de su deber moral de registrarse y votar, entonces el mapa político después de las elecciones será más pro vida y, no vaya a sacar conclusiones apresuradas mi querido lector, que no me estoy refiriendo a que haya más autoridades electas de un partido u otro, sino que sean electos aquellos que estén basados en los principios de la Verdad y el Bien, sin importar la tolda partidista. De hecho, me gustaría subrayar nuevamente que dos de los tres primeros estados más pro vida de la Unión son Lousiana, donde votaron republicano en las últimas elecciones presidenciales y, Pennsylvania, en donde votaron demócrata para elegir al Sr. Obama como presidente. Saquemos el tema del aborto del ámbito meramente partidista para llevarlo al terreno de los derechos humanos.
Si todo lo dicho anteriormente es verdad. Una conclusión es obvia, queridos cristianos, y es que su voto puede hacer la diferencia para preservar la vida de los bebés por nacer en las próximas elecciones. Entonces no votar sería un pecado de omisión. Como dice la expresión popular “más clara solamente el agua”. Yo estoy totalmente convencido que si cada uno de nosotros persuade a su grupo de familiares, de Iglesia, de trabajo, estudio y amigos para que se registren y voten por la Vida, veremos brillar más la Justicia fundada en el Bien y la Verdad en los Estados Unidos. ¿Asumimos el reto?
Antes de mandar este artículo para su publicación, nos llega la noticia que, finalmente, está sobre el escritorio del gobernador del Estado de la Florida, Charlie Christ, –aspirante a senador- el proyecto de ley pro vida presentado por la mayoría parlamentaria estatal. Esperemos que lo firme para que Florida esté entre los Estados Pro Cultura de la Vida y no pro Cultura de la Muerte.
Fr. Victor Salomón, a member of the Diocesan Laborer Priests, is the Director of Hispanic Outreach for Priests for Life. He resides in Washington, DC.