A veces el “respeto” nos puede cegar

 
Fr. Frank Pavone

June 01, 2009


Giovanni Maria Vian es, por lo menos hasta este momento, editor del periódico vaticano “L’Osservatore Romano”. Hace poco causó gran revuelo con sus comentarios sobre el presidente Obama y al hacerlo reveló inadvertidamente el núcleo de la controversia sobre el aborto. En una entrevista con el diario Il Riformista, Vian dijo: “Obama no ha ofendido al mundo…Su discurso en Notre Dame fue respetuoso hacia todas las posturas. Trató de entrar en el debate evitando cualquier posicionamiento ideológico y alejado de cualquier “mentalidad de confrontación”. En ese sentido su discurso debe ser valorado.”

 

 ¡No me digan! “Respetuoso hacia todas las posturas.” Para decirlo claramente, eso es un disparate. Precisamente si hay una postura que fue excluida es aquella del niño por nacer… la que exige absoluto respeto y protección para ese niño, no porque hayamos alcanzado algún tipo de consenso sobre ello, sino porque el niño lo merece ahora, sin compromisos ni demoras.

 

 Es la posición que dice que esto no es equivalente con otras posturas y que no podemos “acordar estar en desacuerdo” sobre el aborto. ¿Por qué no? Porque cuando alguien lleva a cabo un acto de violencia contra otro uno no se sienta tranquilamente y acuerda estar en desacuerdo con el perpetrador. Interviene para parar al agresor y proteger a la víctima.

 

 Pero el hecho que esta postura sea olvidada no debe sorprendernos porque en última instancia ese es el problema. El niño en el vientre es el miembro olvidado de nuestra sociedad.

 

 Y la tragedia del olvido que excluye a estos niños es más evidente que nunca cuando la sociedad y sus líderes que son quienes olvidan, afirman al mismo tiempo que están buscando justicia para todos, abogando por todos, respetando a todos y recordando a todos.

 

 No se puede relegar el alma y la energía del movimiento pro-vida a una “postura” sobre la que puede haber “desacuerdo” civilizado. La postura de los defensores de la vida se encuentra en una categoría diferente porque el aborto mismo está en una categoría diferente. No nos conformamos con desacuerdos civilizados cuando se trata de racismo, segregación, genocidio, terrorismo y otras violaciones a los derechos humanos. Pareciera que los únicos derechos humanos que no cuentan lo suficiente son los de nuestros hermanos y hermanas olvidados en el vientre.

 

 La postura que considera al aborto no negociable, algo que acaba con cualquier discusión es precisamente la que el presidente no respeta. Es lo que permitió que gente votara por él, aún alegando que se oponían al aborto. Sí, admitían que el aborto es malo. Simplemente no reconocían su carácter no negociable. Es la misma postura que hizo que muchos no tuvieran ningún problema con el hecho que Notre Dame otorgara un título honorífico en derecho al presidente Obama. Por supuesto que estamos en desacuerdo con él sobre el aborto. Pero no es algo que acabe con la discusión. No le daríamos un título o nuestra tribuna a un racista, pero esto es diferente. Es la posición que permite que haya gente que omita preguntar si alguien que ha sido nominado para la Corte Suprema está a favor o contra el aborto. ¿Y qué? No es como si estuviéramos poniendo un defensor de la violencia en la Corte, ¿no es cierto? Ha llegado la hora que acabe la ceguera. Si el aborto es un asesinato, actuemos en consecuencia.


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