Cumpliendo con
lo prometido aquí está la segunda columna sobre el plan personal de vida. Ahora de lo que se trata es de, armados con “papel y lápiz”, comenzar
a escribir nuestro plan de vida para cada una de las dimensiones que ya
explicamos: la humana, la espiritual, la intelectual y la pastoral.
Comencemos.
Algunos autores
prefieren que para cada una de las dimensiones se planteen objetivos
prioritarios y así se va planificando, sin embargo, para un plan de vida
“católico”, hay una serie de actividades fijas que todos los bautizados tenemos
que considerar, independientemente de que luego se puedan priorizar, por lo
cual, les iré presentando una serie de
aspectos a planificar respondiendo a las siguientes preguntas: qué voy a hacer (la actividad
propiamente dicha), cómo lo voy a hacer, cuándo
lo voy a hacer, dónde lo voy a hacer y con
quién lo voy a hacer (si fuera el caso). Luego poner esto por escrito lo
vaciamos en un calendario anual, que tenga como dato relevante los períodos
semanales.
- Dimensión Humana
- Nutrición: tener una alimentación balanceada. Tener la orientación de un
nutricionista es lo mejor. Cada
vez se crea mayor conciencia en este campo.
- Ejercicio Físico: Este es un aspecto no
negociable de nuestro plan de Vida.
Incluso muchos especialistas en planificación empresarial,
insisten a sus ejecutivos incluir el ejercicio físico como parte
fundamental de su rendimiento productivo.
- Chequeo médico, dental y emocional periódico
- Tiempo de descanso físico y emocional. Efectivamente, Dios quiere que
descansemos para rendir más en todos los aspectos de nuestra vida.
- Dimensión Espiritual
- Oración personal y grupal. El Papa Benedicto XVI ha recomendado el
método de Lectio Divina. Aquí incluimos
la Liturgia de las Horas que, aunque no son obligatorias para los
laicos, se sugiere su rezo y hoy
son muchos los laicos los que la practican.
- Eucaristía: cuanto más frecuente, mejor. En ocasiones podemos hacer filas para
ver un deporte o un artista, o anhelamos conocer a un presidente, y, al
Rey de Reyes, que lo tenemos a
diario en la Eucaristía, la mayoría, no lo recibimos frecuentemente.
- Sacramento de la reconciliación, como mínimo una
vez al mes. Recordemos que en este
sacramento Jesús no solamente borra
nuestros pecados, sino que nos renueva su gracia en nuestros
corazones.
- Entrevista con su director espiritual. Se recomienda: Para los matrimonios una
frecuencia bimensual o trimestral.
Para los solteros mensualmente.
En el caso de sacerdotes y religiosos, una vez al mes.
- Lectura espiritual: comenzando por los clásicos
como La Historia de un Alma de Sta Teresita del Niño Jesús, Las Confesiones
de San Agustín, las obras de San Juan de la Cruz y Teresa de Ávila, etc…
- Piedad Mariana: rosario, Angelus, etc.
- Otros actos de piedad para tener presencia
constante de Dios: Coronilla a la Divina Misericordia, jaculatorias,
invocación constante del Espíritu Santo, intercesión de los Santos,
saludo a nuestro ángel custodio, música religiosa, etc.
- Penitencia/reparación: este es un aspecto
personalizado a hablar con el Director Espiritual. Privarnos de lo lícito como preparación
de nuestros corazones para recibir más y mejor la Gracia de Dios. Y, de esta forma, ser mejores canales
de Su Gracia para quienes nos rodean.
- Ejercicios Espirituales Anuales. Si es en un clima de silencio estricto
mucho mejor.
- Dimensión intelectual
- En este punto no me canso de recomendar la
página Web del Vaticano que está buenísima: www.vatican.va Aquí encontrarán en el apartado de los
textos fundamentales suficiente material: Biblia, Catecismo, Documentos
Vaticano II, Código de Derecho Canónico,… comenzar por aquí.
- Luego hay algunos documentos que son como nuestras
“constituciones”. Para los laicos: La Exhortación Post
Sinodal Los Fieles Laicos en la Iglesia; para los sacerdotes: “La Pastores Dabo vobis”; y para los religiosos: “ La Vida Consagrada”. Y para todos el documento que nos
orienta para el tercer milenio: Novo
Millennio Ineunte http://bit.ly/wZSixJ. Cada día es más común, gracias a Dios, la
creación de propuestas académicas de Teología para laicos. Donde existan aprovechen esta
oportunidad.
- Para responder a la Vocación al apostolado Pro Vida, un
documento que se puede considerar nuestra “constitución” es: El Evangelio de la Vida. Obviamente no se puede estudiar todo a
la vez, por lo cual es necesaria la orientación del director espiritual
para planificar este apartado, respondiendo a las preguntas que indicamos
al principio.
- Dimensión Pastoral
- El primer apostolado de los casados: ser otros
cristos el uno para el otro. Les
recomiendo el libro Los Cinco Lenguajes del Amor de Gary Chapman como referencia para esta
planificación.
- El primer apostolado de los padres: ser otros
cristos para sus hijos. Les
recomiendo el Libro los cinco lenguajes del amor para los niños, y su
versión “para los jóvenes” de Gary Chapman. Planifiquen desde esa referencia.
- El primer apostolado de los hijos: ser otros
cristos para sus papás. El primer
libro se puede aplicar aquí.
- El primer apostolado de los hermanos: ser otros
cristos entre ustedes. El primer
libro se puede aplicar aquí.
- El primer apostolado del bautizado trabajador:
ser otro cristo para sus colegas y testimonio de responsabilidad,
honestidad y caridad.
- El primer apostolado del bautizado estudiante:
ser otro cristo para sus compañeros y maestros, siendo testimonio de
honestidad, responsabilidad y caridad.
- Los sacerdotes y los religiosos tenemos algunas
especificidades que también debemos planificar (los religiosos deben
tomar en cuenta sus constituciones y reglamentos).
- Finalmente, una vez asegurado que estamos siendo
testimonio en nuestro “metro cuadrado”, entonces también, a la luz del
discernimiento del Espíritu Santo,
que siempre está inspirando cosas nuevas, podrían colaborar en la
plataforma parroquial como catequistas, etc. En órdenes terceras. En movimientos apostólicos. En el Apostolado Pro Vida. En apostolado de visitas a
enfermos. En el apostolado
carcelario. En el apostolado de la
ayuda a los pobres. ETC. ETC. ETC.
Les recuerdo la
importancia de contrastar este plan con su director espiritual y la necesidad
de fijar con él un período en el cual lo van a evaluar.
Y, lo más
importante, recordar que nada de esto vale a menos que cada letra vaya bañada
de la caridad.
Para cualquier
consulta me pueden escribir a cartas@sacerdotesporlavida.org