En Marzo del 2010, tuve la oportunidad de predicar a miembros del Congreso y su personal que se había reunido en un servicio celebrado en el interior del Capitolio antes de votar sobre el Obamacare. En ese sermón, les dije que la Cristiandad transforma las políticas y los gobiernos, porque cada ser humano en Cristo tiene acceso a Dios como su hijo o su hija. Por tanto la voz del pueblo cuenta, los gobiernos representativos tienen lógica, y el poder se convierte en servicio, y la autoridad se convierte en deber para proteger los derechos humanos.
Este es un mensaje que el Presidente Obama y su Departamento de Salud y Servicios Humanos todavía no entiende. Así como reportó el Reportero Nacional Católico,
“La administración Obama ha rechazado las reiteradas peticiones de los Obispos Católicos, hospitales, escuelas y organizaciones caritativas para revisar su exención religiosa al requerimiento que todos los planes de salud cubran anticonceptivos y esterilización libre de cargos.
“…bajo el plan, después del 1 de agosto de este año, nuevos o significantemente alterados planes de salud serán requeridos para proveer todos los anticonceptivos aprobados por la FDA, incluyendo algunos que pueden causar abortos, sin copagos o deducibles como parte de la atención sanitaria preventiva para las mujeres.”
Como 200,000 comentarios fueron recibidos por parte del público en general con relación a esto. En vez de buscar un arreglo para aquellos que objetan, la Administración arrogantemente anuncia “que los grupos sin fines lucrativos que no dan cobertura a la anticoncepción a causa de sus creencias religiosas van a tener un año adicional ‘para adaptarse a esta nueva regla.’”
¿Un año más para hacer qué?
No, nosotros no necesitamos otro año ni siquiera otro momento más para adaptar, estudiar, considerar, sopesar, balancear, o decidir si vamos a pagar por la matanza de seres humanos. La respuesta es no. ¡Quédense con su año, y devuélvannos nuestra libertad de consciencia!
El día antes que la Administración hiciera este anuncio, el Papa se dirigió a un grupo de Obispos Americanos quienes estaban haciendo su visita obligatoria regular, para poner al Papa al día. Él mencionó la “preocupante tendencia a reducir la libertad religiosa a mera libertad de culto sin garantías de respeto por la libertad de consciencia.” Esto es lo que el Presidente y su equipo están haciendo. Vayan adelante, rindan culto en cualquier Iglesia que quieran, él nos dice. Pero si usted administra un hospital o cualquier otra entidad, tiene que hacerlo a nuestro modo.
Los Obispos de los Estados Unidos han escrito en Viviendo el Evangelio de la Vida que Roe vs. Wade envenena a toda nuestra sociedad. Esta última inflexibilidad frente a la consciencia es un buen ejemplo de esto. Es, después de todo, sobre el aborto. Sus fanáticos abogados no se detendrán ante nada para expandirlo, incluyendo el tirar por la borda la libertad religiosa y la Iglesia en sí misma.
Lo que esto también nos dice es que las elecciones importan. Sería sabio por parte de la Iglesia, para detener este problema, planear qué vamos a hacer con respecto a las elecciones, en vez de gastar toda nuestra energía tratando de poner los palillos de diente de nuevo en el palillero, después que han sido regados por todo el salón. Elijamos más servidores públicos que sepan distinguir la diferencia entre servir al público y matar al público.