Estamos viviendo en un momento en que la Iglesia en los Estados Unidos debe defenderse vigorosamente contra los ataques a la libertad religiosa. En particular, el gobierno está tratando de obligar a los creyentes a violar su conciencia con relación al tipo de servicios que las pólizas de sus compañías de seguro de salud cubrirán. Sacerdotes por la Vida se enorgullece de haber puesto en marcha una de las primeras demandas contra este injusto mandato de nuestro gobierno, y estamos seguros de que vamos a prevalecer.
Pero, parte de defender la libertad religiosa es defender la clara comprensión de lo que es. No sólo tiene que defenderse del gobierno, sino que tenemos que defenderla de los malos entendidos y malas interpretaciones.
Y uno de los malentendidos más peligrosos es el de confundir la libertad religiosa con el relativismo - pensar, en otras palabras, que es simplemente la idea de que "tú puedes practicar tu religión si me dejas practicar la mía", porque, después de todo, una religión es tan buena como la otra.
Pero no lo es. Ya que existe la verdad religiosa, y la verdad moral, y somos capaces de conocerlas.
En el núcleo de una auténtica libertad religiosa radica la convicción de que los seres humanos, por su dignidad, deben buscar la verdad y abrazarla libremente - no la idea de que esa verdad no existe o es un producto de su propia creación.
Dicho de otra manera, la libertad no crea la verdad; sino que está destinada a conducirnos a la verdad.
Hace poco la Profesora Janet Smith escribió,
"El obispo William Lori argumentó que hacer que los católicos financien anticonceptivos, abortifacientes y esterilizaciones es como hacer que los lugares de comida judía sirvan carne de cerdo. En realidad, es como si a todos nosotros, y en particular a la Liga Anti-Tabaco, le pidieran que financiara cigarrillos.
"Los judíos no argumentan que comer carne de cerdo es algo que nadie debería hacer, pero los católicos si argumentamos que el uso de anticonceptivos es algo que nadie debe hacer; entre otras razones, la Iglesia condena esto como algo contrario a la ley natural; es en contra de la salud de las mujeres, la salud de las relaciones y la salud de la sociedad. " (National Catholic Register, 12 de marzo de 2012)
Este es un punto muy importante. A muchos les gusta decir que esta lucha no se trata de temas como la anticoncepción y el aborto. Por otro lado, no puede ser desconectado de ellos. El otro lado no los desconecta.
La defensora del aborto Patricia Baird Windle declaró que el aborto es parte de su religión. "Usted practica su religión, déjame a mí practicar la mía. En mi religión es un ritual sagrado de sacrificio de niños", ha declarado ella. Ginette Paris escribió el libro El sacramento del Aborto. Y cuando la ley de Libertad de Acceso a las Entradas a las Clínicas fue aprobada en 1994, incluía no sólo las clínicas de aborto, sino también lugares de culto. En los días de la Operación Rescate, cuando activistas pro-vida bloquearon las clínicas de aborto, algunos defensores del aborto se vengaron bloqueando Iglesias. Ellos devolvían insulto por insulto, porque para ellos, la clínica es su lugar de culto.
Así que vamos a asegurarnos que esté claro qué clase de libertad religiosa queremos defender: ¡una que sirva a la verdad sobre la vida!