En la mayoría de los estados el registro para los votantes para las elecciones en los Estados Unidos cerrará el próximo 12 de octubre, así que en esta recta final hacia las elecciones tenemos que hacer un esfuerzo grande para que la mayoría de los miembros de nuestras parroquias estén registrados.
Las elecciones se acercan y es necesario dar los pasos para poder ejercer el deber moral de votar. Especialmente en situaciones particulares como en los Estados Unidos en la cual el voto puede ser la diferencia que haga que un no nacido se salve de ser abortado, y la madre se salve del pecado y el trauma de asesinar a su propio hijo.
En los Estados Unidos, de aquellos que se autodefinen cristianos, solamente el 50% está registrado para votar, y del 50% registrado vota menos de la mitad.
En las elecciones del 2008 de los hispanos registrados para votar solamente votaron el 49%.
Una herramienta fundamental, presupuesta la formación de la conciencia para el voto y ejercerlo, es el hecho simple y obvio de estar registrado para votar. Aquí en los estados unidos se dan muchas facilidades para el registro de votantes, incluso está permitido organizar jornadas para registro de votantes en las iglesias, lo que los obispos estadounidenses animan a realizar en todas la parroquias.
En este breve correo les voy presentar 7 pasos a dar para organizar un registro de votantes en su parroquia:
1. Permiso. Pide permiso a tu párroco para realizar la jornada.
2. Promoción. Aprovecha todos los medios posibles a nivel de la parroquia: carteleras, boletín parroquial, volantes, posters, avisos en la misa –si lo hace directamente el sacerdote es mucho más efectivo-, con una breve motivación que invite a las personas a ejercer su responsabilidad política como cristianos. Recordarle a la gente que si se mudó, se casó o no votó después de registrarse en las últimas elecciones, entonces debe registrarse nuevamente.
3. Materiales necesarios. Necesitas una mesa. Si la Iglesia tiene varias puertas sería lo ideal poder contar con una mesa de registro en cada salida. Debes tener suficientes bolígrafos disponibles y las planillas para el registro. Normalmente los estados aceptan el formato de planilla del registro a nivel nacional que puedes encontrar en internet. Sin embargo, te sugerimos que averigües en la oficina de registro electoral local cuáles son las normas específicas en tu estado. Necesitarás un número de planillas calculado en la mitad de los que asisten a tu parroquia. También es necesario un poster o cartel visible que indique “Registro no partidista para las elecciones” o algo similar que capte la atención de las personas.
4. Preparar la mesa. Colocarlas en sitios estratégicos para que la gente pueda identificarlas con facilidad. Es muy importante que tengas solamente las planillas de registro sobre la mesa. No coloques material proselitista invitando para votar por candidatos particulares. Colocar las planillas distribuidas de manera tal que varias personas puedan estar llenando la planilla a la vez, para lo cual es importante contar con suficientes bolígrafos.
5. Trabajando en la mesa. No estés sentado, es mejor estar de pie frente a la mesa preguntando amablemente a las personas si están inscritas para votar. Inmediatamente indicarle para que llene la planilla y después de ello darle la información específica de cada estado de cómo proceder. La mayoría de los estados permite que tú lleves o mandes la planilla por correo, pero algunos estados solamente permiten que la mande o la entregue directamente quien se ha registrado, así que esta información la tienes que tener preparada.
6. Entregar el material en el registro. Es muy importante que termines el proceso hasta al final.
7. Otras opciones: Puedes también proponer este registro no partidista para las elecciones en encuentros masivos como conciertos cristianos, congresos o conferencias.
No te olvides de agradecer al párroco después de la jornada con una carta.
Terminamos con una cita de un documento de los Obispos de los Estados Unidos “Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles”
“13. En la Tradición católica, el ser ciudadano fiel es una virtud y la participación en la vida política es una obligación moral. Esta obligación tiene sus raíces en nuestro compromiso bautismal de seguir a Jesucristo y dar un testimonio cristiano mediante todo lo que hacemos. Como nos recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica: "Es necesario que todos participen, cada uno según el lugar que ocupa y el papel que desempeña, en promover el bien común. Este deber es inherente a la dignidad de la persona humana… Los ciudadanos deben cuando sea posible tomar parte activa en la vida pública" (nos. 1913-1915).”