Votando con la conciencia limpia

 
Fr. Frank Pavone
National Director of Priests for Life
September 25, 2006


Hay diez pasos sencillos para tener una conciencia limpia cuando se vota el día de las elecciones.

1. ¡Vote!

Primero, asegúrese de votar. El 7 de noviembre son las elecciones. El Catecismo nos enseña que votar es una obligación moral (n. 2240). Aproveche la  oportunidad de votar anticipadamente si su estado lo permite, y si va a estar fuera del estado o está imposibilitado de ir a votar, ¡emita su voto ausente! Lleve sus decisiones a la oración.

2. Conozca a los candidatos.

Asegúrese de conocer la posición que tienen los candidatos en los distintos temas.

3. Rechace a los que no están calificados.

Si un candidato dijera: “Apoyo al terrorismo”, Ud. no diría: “Estoy en desacuerdo con Ud. sobre el terrorismo, pero ¿cuál es su plan en el área de la salud?” Del mismo modo, quienes permiten la destrucción de vida inocente a través del aborto se descalifican de nuestra consideración.

4. Distinga políticas de principios

La mayoría de los desacuerdos entre candidatos y plataformas políticas no tienen que ver con principios (¿Hay un derecho al delito?), sino con políticas (“¿Cómo combatimos el crimen?). Pero la discusión sobre el derecho a la vida es una discusión sobre principios y por lo tanto es fundamental.

5. Evalúe otras cuestiones adecuadamente

No todos los temas tienen el mismo peso. La Iglesia Católica enseña que la guerra y la pena capital, por ejemplo, pueden ser moralmente justificables en algunos momentos, pero el aborto y la eutanasia no lo son nunca.

6. Mantenga su lealtad enfocada en Jesús.

Su lealtad a Jesucristo debe ser más importante que su lealtad a cualquier partido político.

7. Recuerde, el partido importa.

Las elecciones no sólo llevan al poder a candidatos individuales, sino también a los partidos políticos. Considere las posiciones de los partidos y la forma en que el resultado de las elecciones afecta el equilibrio de poder.

8. Distinga entre “elegir el mal” y “limitar el mal.”

Si dos candidatos apoyan el aborto, pregunte: ¿Cuál de los dos candidatos hará menos daño a los niños por nacer? Esto no consiste en “elegir el mal menor”, sino en optar por limitar un mal, y eso es bueno.

9. ¡Apoye al candidato con algo más que su voto!

Otras actividades incluyen donar a la campaña, ofrecerse como voluntario, distribuir literatura a favor del candidato, hacer llamadas telefónicas y visitas en nombre del candidato, enviar mensajes por correo electrónico, poner carteles en el jardín y autoadhesivos en el auto y rezar por el candidato.

Las elecciones no son competencias entre dos candidatos. Son competencias entre dos equipos. El equipo más grande y más activo juntará el mayor número de votos.

10. ¡Movilice a la mayor cantidad de votantes posible!

Cada uno de nosotros tiene un voto, pero cada uno puede movilizar cientos, incluso miles de votos.  Concéntrese en movilizar a aquellos que están de acuerdo con Ud. en vez de convencer a quienes no lo están. Si puede tomarse el día de elecciones como un día libre, hágalo. Pase el día contactando a la gente por teléfono y por correo electrónico, recordándoles que voten y ayudándolos a llegar a los lugares donde se vota.

Habiendo hecho todo esto, regocíjese con su conciencia limpia, y ¡confíe en que el Señor obtendrá una victoria para la Cultura de la Vida!


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