A medida que se acerca el día de elecciones debemos estar entusiasmados no solamente con la posibilidad de votar, sino movilizando a otros para que voten. Mi consejo: Concéntrese en la “fruta accesible”.
Todos tenemos amigos y familiares que queremos convertir a las enseñanzas de la Iglesia. Durante todo el año nos abocamos a la tarea de dar testimonio con nuestro ejemplo y nuestra palabra. Cuando se acercan las elecciones, queremos convertirlos para que voten de acuerdo a valores cristianos.
Pero el principio de la “fruta accesible” se basa en que la época de elecciones no es el momento para convertir gente, sino para contar. Lo que quiero decir es que si uno va a una plantación de naranjas con el objetivo de juntar la mayor cantidad de naranjas en un período de tiempo limitado, no tiene mucho sentido gastar tiempo y esfuerzo trepándose a la copa de los árboles para recolectar naranjas cuando uno podría conseguir muchas más que están al alcance de la mano en menos tiempo y con menos esfuerzo. ¡Tratará de alcanzar la fruta que está más accesible!
De manera similar, si uno tiene un amigo con quien discrepa políticamente, puede estar tentado a dedicar muchas horas a debatir con él acerca de su intención de voto. Podrá o no convencerlo al final. Si lo hace, ha ganado un voto para el candidato de su elección. Pero hay mucha más gente a su alcance que tiene una cierta inclinación a votar por los candidatos, que necesita un simple recordatorio en el día de elecciones o que los lleven a votar, o que alguien los aliente a votar por esos candidatos en particular. Hay muchas personas que confían en su juicio. Puede ser que no estén tan al tanto de las cuestiones y los candidatos como Ud., pero con un simple llamado o mensaje de correo electrónico suyo, seguirían su consejo. Estas personas son las “frutas accesibles.”
En vez de pasar horas tratando de convencer a una persona para votar en la forma correcta, utilice su tiempo y esfuerzo recordándole a docenas de personas, que ya están de acuerdo con Ud. en estos temas, que vayan a votar. No busque una victoria personal tratando de convencer al votante “difícil.” Vaya a buscar a los fáciles y ¡ayude al candidato a obtener una victoria!
En última instancia, las elecciones, son cuestiones de números. A quienes creemos en verdades absolutas, valores y realidades espirituales no nos gusta pensar en estos términos. Pero las elecciones son pragmáticas. El día de las elecciones no se cuentan los puntos de vista, las creencias o las convicciones de la gente. Lo que se cuentan son votos. Un voto emitido por un candidato porque al votante le gustaba el color de la corbata del candidato vale lo mismo que otro basado en las convicciones del candidato.
A medida que se acerca el día de las elecciones, concéntrese en la “fruta accesible.” Recuerde, los números son los que cuentan. Tiene un tiempo limitado para tratar de juntar la mayor cantidad de votos posibles. Hágalo con vigor, como un ciudadano fiel que renueva la faz de la tierra