A menudo me preguntan que puede hacer un votante que sea moralmente aceptable cuando hay dos candidatos que compiten y ambos apoyan el aborto. Recomiendo hacer una simple pregunta: ¿Cuál de los dos candidatos hará menos daño a los niños por nacer si resultara electo?
Por ejemplo, ¿alguno de los dos candidatos está dispuesto a prohibir el aborto de parto parcial? ¿Alguno de los dos candidatos está dispuesto a poner algunas restricciones al aborto libre y fácil? ¿Alguno de ellos apoya la notificación a los padres, o el consentimiento de los padres o períodos de espera? ¿Ha expresado alguno de ellos su deseo de prohibir los abortos tardíos, o apoyar los centros de asistencia a embarazadas? ¿Están a favor de regulaciones más estrictas para los abortuarios? ¿Acaso alguno ha expresado su apoyo a esta idea? Nadie dice que ese sea el objetivo final. Pero formule estas preguntas simplemente para ver si existe alguna ventaja de un candidato sobre el otro.
Uno de los dos será electo. No hay duda de ello. Así que ahora no tiene la libertad de elegir al candidato que quiera. Fuerzas que no controla han limitado sus opciones. Cualquiera sea el resultado de las elecciones, el que resulte elegido no tendrá la posición sobre el aborto que esperamos de nuestros funcionarios.
En este caso es moralmente aceptable votar por el candidato que hará el menor daño. Esto no significa “elegir el mal menor.” Nunca podemos elegir el mal. Pero en el caso descripto anteriormente, no estaría eligiendo el mal. ¿Por qué? Porque al elegir limitar el mal, Ud. está eligiendo un bien.
Puede tener la conciencia tranquila en este caso, porque sabe que no hay ninguna ley que jamás pueda legitimar ni siquiera un aborto. Si el candidato piensa que algunos abortos son justificados, Ud. no está de acuerdo. Más aún, está haciendo lo más que puede para promover la protección de la vida.
Votando puede hacer que el peor quede afuera. Tratar de hacer eso no solo es legítimo sino bueno. Algunos piensan que no es la mejor estrategia. Pero es moralmente aceptable.
El cardenal John O’Connor, en un folleto especial sobre el aborto, escribió sobre este tema. “Supongamos que todos los candidatos apoyan el “derecho al aborto”… Uno podría tratar de determinar si la posición de un candidato es más favorable al aborto que la del otro. En igualdad de condiciones, uno podría votar moralmente por aquel que tiene una postura menos favorable.” (1990, “Abortion: Questions and Answers”)
¿Que pasaría si un tercer candidato que no tiene una amplia base de apoyo tiene la posición correcta? Por supuesto, que deberíamos trabajar duramente para construir una base de apoyo para que esa persona sea electa. Pero eso no se hace el día de las elecciones. Toma años de trabajo, que deberían empezar ahora.
Mientras tanto, recuerde que su voto no es un voto por la canonización. Es una transferencia de poder. Podemos votar por un candidato que no sea perfecto porque no estamos usando nuestro voto para hacer una declaración, sino para cooperar para que se alcancen los resultados más aceptables en vista de las circunstancias.