Preparar el Camino para el Señor

 
Fr. Frank Pavone
National Director, Priests for Life
December 15, 2014


P. frank Pavone, Director Nacional, Sacerdotes por la Vida

“Preparen el camino para el Señor, háganle sendas derechas”. Mediante la cita al profeta Isaías, Juan, el Bautista, pide al mundo que preparen el camino para el Señor, por lo tanto, una vez más, vivimos el Espíritu de Adviento.

Además, sigue citando a Isaías: “Todo valle será rellenado, toda montaña y colina será allanada. Los caminos torcidos se enderezarán, las sendas escabrosas quedarán llanas”.

(Lucas 3:5).

Nuestro mundo está lleno de caminos torcidos y sinuosos bajo la sombra de la muerte. Es un mundo indignado con los asesinatos de ISIS y el desgaste de las divisiones raciales en Ferguson, MO. Y con la destrucción más profunda y la mayor cantidad de víctimas que estas o que cualquiera de los otros males, el aborto continúa separando a los niños de los vientres de sus madres, sus familias y de toda la sociedad. Nuestro mundo necesita el Adviento, necesita a Cristo.

La venida de Cristo da lugar al triunfo final de la vida sobre la muerte. Por lo tanto, la preparación para esa venida incluye el arrepentimiento de los trabajos de muerte, incluido el aborto. No solo las personas sino las naciones mismas deben arrepentirse. Este arrepentimiento incluye vivir con un respeto activo por cada vida humana y construir una sociedad de justicia y bienvenida para los más vulnerables.

“Preparen el camino para el Señor”, que es un Dios de justicia. “Todo valle será rellenado”, los valles donde la gente vive en pena porque sus derechos son violados, su dignidad olvidada y sus vidas arrojadas al suburbio de la sociedad. “Toda montaña y colina será allanada”, las montañas de orgullo por el cual pensamos que nuestras propias elecciones determinan lo que está bien y lo que está mal, en lugar de encomendar nuestras elecciones a la verdad que se hizo visible cuando Cristo nació.

Promover la justicia y los derechos humanos es un elemento clave de nuestra preparación. Una sociedad que aborta a sus niños no está preparada para la venida de Cristo. Las personas que ignoran el asesinato masivo de miles de millones de bebés no están preparadas para recibir a Dios hecho niño.

El himno de Navidad “Oh, pequeña ciudad de Belén” relata que “las esperanzas y los miedos de todos los años se reúnen en esta noche”. A través de los milenios de historia, el corazón humano ha estado dividido entre la esperanza y el miedo. Le tememos a la amenaza de la muerte, la destrucción y la falta de sentido. Pero también ansiamos, con esperanza, ver a Aquel que nos puede salvar, proteger y completar. ¿Y cómo viene a nosotros ese Aquel, predicho por los profetas y por los actos misericordiosos de la intervención de Dios, para salvar a su gente de lo antiguo? Viene como un niño no nacido.

El Hijo de Dios todopoderoso no apareció en la tierra como un rey sobre las nubes o un adulto que enseña un mensaje. Él apareció por primera vez oculto en el vientre de su madre. Apareció tan pequeño que a simple vista no se lo podía ver. Apareció en un embarazo y vivió como un bebé en el vientre de su madre.

Por lo tanto, la gran encíclica “El Evangelio de la Vida” (Evangelium Vitae) nos recuerda que el gozo del nacimiento de Cristo está reflejado en el gozo del nacimiento de cada niño.

¡Preparémonos para recibir a Cristo recibiendo y protegiendo a cada niño no nacido!

¡Feliz Adviento!


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