Adiciones Pro-Vida Para el Boletin

"Estamos ante la reestructuración gradual de la cultura estadounidense según el utilitarismo, la productividad y el lucro. Es una cultura en que las cuestiones morales se sumergen en un río de bienes y servicios y donde el mal uso de las relaciones mercantiles y públicas subvierten la vida pública. Los perdedores en este gran cambio ético serán los ancianos, los minusválidos y los marginados políticamente. Ninguno de esos grupos pasa la prueba de ser útiles, aunque al menos hacen acto de presencia. Tienen la posibilidad de organizarse para ser escuchados. Los que no han nacido, los enfermos y desahuciados ni siquiera tienen esa ventaja. No tienen ninguna "utilidad" y peor aún, no tienen voz." (Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no. 3-4).
 "Mientras jugamos con el inicio, el final, y hasta la estructura más íntima de las células vitales, estamos jugando con nuestra propria identidad como nación libre, dedicada a la dignidad de la persona humana. Cuando la vida política de los estadounidenses se convierte en un experimento con la gente en vez de por y para ella, no valdrá la pena continuarlo. Se puede argumentar que nos estamos acercando cada vez más a ese dia. Hoy, cuando se proclaman los derechos inviolables de la persona y se afirma públicamente el valor de la vida, el derecho humano más básico, "el derecho mismo a la vida,queda prácticamente negado y conculcado, en particular en los momentos más emblemáticos de la existencia, como son el nacimiento y la muerte" (el Papa Juan Pablo II, El Evangelio de la Vida (Evangelium Vitae), no. 18)" (Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no. 4).
 "Respeto por la vida humana nos llama a defender la vida de estas y de otras amenazas… Pero aún asi, el aborto y la eutanasia se han convertido en amenazas constantes a la dignidad humana porque atacan directamente a la vida misma , el más fundamental de los bienes humanos y la condición para todos los demás. Se cometen en contra de los más débiles e indefensos, los que son verdaderamente 'los más pobres de los pobres'" (Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no.5).
"Cada católico es un misionero de la Buena Nueva de la dignidad humana redimida por la Cruz. Aunque nuestra vocación personal determine la forma y estilo de nuestro testimonio, Jesus llama a cada uno de nosotros a ser levadura de la sociedad, y por tanto seremos juzgados por nuestras acciones. Nadie, muchos menos alguien que está en un puesto de liderazgo en nuestra sociedad, puede justamente considerarse un católico practicante si actúa de manera contraria da su fe."(Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no.7).
"De manera sorprendente , vemos hoy un aumento en la tensión entre los principios fundamentales de nuestra nación y la realidad política. Vemos esto en la diminución del respeto por los derechos inalienables a la vida y en la eliminación de la protección legal para los más desamparados. No puede haber justicia auténtica en nuestra sociedad hasta que las verdades sobre las que se fundamentó nuestra nación se hayan concretizado más perfectamente en nuestra cultura y ley." ( Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no.14).
"La 'realidad virtual' y la ciencia genética nos pueden dar ilusión de poder, pero no somos dioses. No somos ni nuestros creadores ni creadores de nadie ni de nada. Y para nuestra propia seguridad, no debemos tratar de serlo. Ni los padres, a quienes se les ha confiado la protección especial de nueva vida, son "dueños" de sus hijos como tampoco ningún adulto puede ser dueño de otro. Y ahí se encuentra nuestra propia seguridad. Nadie, excepto el Creador es el soberano de los derechos humanos básicos empezando con el derecho a la vida." (Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no.15).
"La inviolabilidad de la persona, reflejo de la absoluta inviolabilidad del mismo Dios, encuentra su primera y fundamental expresión en la inviolabilidad de la vida humana. Se ha hecho habitual hablar, y con razón, sobre los derechos humanos; como por ejemplo sobre el derecho a la salud, a la casa, al trabajo, a la familia y a la cultura. Esa preocupación resulta falsa e ilusoria si no se defiende con la máxima determinación el derecho a la vida como el derecho primero y fontal, condición de todos los otros derechos de la persona…" (el Papa Juan Pablo II, Sobre la Vocación y Misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo, no.38)
"Creemos que el Evangelio de Jesucristo es el "Evangelio de la vida"… No podemos simultáneamente comprometernos a los derechos humanos y al progreso mientras eliminamos o marginamos a los más débiles entre nosotros. Ni tampoco podemos poner en práctica el Evangelio de la Vida como si fuera una devoción privada. Los católicos estadounidenses debemos vivirlo públicamente y con vigor, como una cuestión de liderazgo y testimonio nacional, o no lo viviremos." (Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no.20).
"Llevar el respeto por la dignidad humana a la política práctica puede ser una tarea difilícisima. Hay una gran gama de asuntos que tocan a la protección de la vida humana y a la promoción de la dignidad humana. La gente bien intencionada, con frecuencia, no está de acuerdo con los problemas que hay que resolver , cuales normas se deben adoptar y la mejor manera de aplicarlas . Tanto para los ciudadanos como para las autoridades elegidas, el principio básico es simple: Debemos empezar con el compromiso de nunca matar intencionalmente, ni participar en la matanza de cualquier vida humana inocente, no importa lo defectuosa, mal formada, minusválida, o desesperada que parezca. En otras palabras, la opción de cierta manera de actuar es siempre y radicalmente incompatible con el amor de Dios y la dignidad de la persona creada a Su imagen. El aborto directo nunca es una opción moralmente tolerable." (Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no.21).
 "Al adoptar una ética uniforme hacia la vida, la Iglesia católica promueve una amplia gama de asuntos…Las autoridades públicas que son católicas deberán tratar todos esos asuntos mientras que tratan de edificar normas uniformes que promueven el respeto por la persona en todas las etapas de la vida. Pero estar en lo "cierto" en tales asuntos nunca puede ser una excusa para una mala decisión con respeto a ataques directos a una vida humana inocente. En verdad, el fallo en proteger y defender la vida en sus etapas de más impotencias hace que otras posturas correctas en asuntos que afectan a los más pobres e indefensos de la comunidad humana se vean con sospecha." (Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no.23).
"Algunas autoridades católicas elegidas han adoptado el argumento de que, mientras que ellos personalmente se oponen a tales males como el aborto, no pueden imponer sus puntos de vista religiosos en la sociedad en general. Este es un serio error por varias razones. Primero, en cuanto al aborto, cuando empieza la vida humana no es una creencia religiosa sino un dato científico-un hecho sobre el cual hay un acuerdo claro hasta entre los principales proponentes del aborto. Segundo, la santidad de la vida humana no es sólo una doctrina católica sino parte del patrimonio ético de toda la humanidad, y un principio fundamental de nuestra nación. Finalmente la democracia no se ayuda con el silencio. La mayoría de los estadounidenses reconocería que en esta declaración hay una contradicción: "Aunque estoy opuesto personalmente a la esclavitud, al racismo o al sexismo, no puedo imponer mis ideas personales en el resto de la sociedad". El verdadero pluralismo depende de si la gente con convicciones lucha vigorosamente para promover sus creencias por todos los medios éticos y legales a su disposición." (Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no.24).
"Los católicos estadounidenses han buscado por mucho tiempo asimilarse a la vida cultural de este país. Pero al asimilarse, hemos sido frecuentemente totalmente "dirigidos". Hemos sido cambiados demasiado por nuestra cultura, y no la hemos cambiado lo suficiente. Si somos levadura, debemos llevar todo el Evangelio a nuestra cultura, un Evangelio de vida y alegria. Eso es nuestra vocación de creyentes. Y no hay un mejor sitio para empezar que con la promoción de la belleza y la santidad de la vida humana." ( Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no.25).
"Por ser los maestros principales de la Iglesia, tenemos pro tanto que explicar, persuadir, corregir y amonestar a los que desde sus funciones de liderazgo contradicen el Evangelio de la vida con sus acciones y política. Las autoridades católicas en la vida pública que desoyen la enseñanza de la Iglesia sobre la inviolabilidad de la persona conspiran indirectamente en la matanza de vidas inocentes." ( Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no.29).
"Católicos con el privilegio de servir en puestos públicos de liderazgo tienen el deber de poner su fe en el corazón de su servicio público, especialmente en aquellos asuntos que tocan la santidad de la vida humana. Tomás More, el antiguo canciller de Inglaterra que escogió entregar su vida antes que traicionar sus convicciones católicas, al dirigirse a su ejecución pronunció estas palabras: 'Muero como el buen siervo del rey, pero de Dios primero'" ( Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no.31).
"En una época de engaños, muchos votantes están hambrientos de tener algo substancioso. Ellos admiran y apoyan figuras políticas que hablan sinceramente por sus convicciones morales. Nosotros, por nuestra parte aplaudimos a los católicos y a otras autoridades públicas, que con valentía y determinación usan sus puestos de liderazgo para promover el respeto por toda la vida humana." ( Los Obispos Católicos de E.E. U.U., Vivir el Evangelio de la Vida, 1998, no.31).

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