María, Madre de Jesús, a cuyo saludo Juan el Bautista saltó de alegría en el vientre de su madre.
Tú eres la causa de nuestra alegría. Tu nos trajiste a Jesucristo, Quien conquista a todos nuestros enemigos.
El Satisface todas nuestras necesidades, y nos da alegría en este mundo y en la eternidad.
Sé la causa de nuestra alegría hoy, mientras vivimos en la sombra de la cultura de la muerte, rodeados del pecado del aborto.
Sé la causa de nuestra alegría
cuando damos la bienvenida a la concepción y el nacimiento de nuevos hijos en nuestras vidas, y mientras nos regocijamos con sus padres
a quién son confíados estos regalos.
Sé la causa de nuestra alegría
cuando somos capaces de salvar a estos niños a través de nuestras palabras y acciones.
Sé la causa de nuestra alegría
cuando damos la bienvenida de nuevo a la misericordia y la paz aquellos que han tenido abortos o han cooperado con él de alguna manera.
Y María, sé la causa de nuestra alegría cuando por fin vemos el aborto abolido y la cultura de la vida restaurada, y cuando nosotros mismos somos introducidos en ese nuevo mundo donde no habrá más lágrimas o dolor, y no más muerte.
Causa de nuestra alegría, tráennos a Jesús, Quién es el Señor por siempre. Amén.