¡Madre Celestial, eres aclamada como la Reina de los Profetas! Nos inspiran las palabras y las acciones de los profetas de la antigüedad, los quien hablaron la palabra del Señor al pueblo, a los reyes, a sus amigos y a sus enemigos.
No importa el costo, no dejaron de revelar lo que Dios pensó sobre los eventos de su día, lo que necesitaba, y lo que prometió que pasaría.
También vemos al último y el mejor profeta, Juan el Bautista, quien no dejó de proclamar la ley de Dios al rey. Al pesar de que el rey lo encarceló y finalmente lo decapitó.
María, sabemos que tu Hijo Jesús es sacerdote, profeta y rey, Revelando al mundo quien es el Padre, y quien nosotros.
Y nos has dado una parte en su misión.
Nosotros también, en nuestro bautismo y confirmación, hamos sido ungidos como profetas de la Palabra Hecho Carne Y como mensajeros del Evangelio de la Vida.
Estamos agradecidos por esa llamada y listo para esa misión.
Estar con nosotros mientras confiamos en el poder de Cristo para ser testigos de la santidad de la vida y a los derechos de nuestros hermanos y hermanas más sin defenso, Los niñitos en el útero.
Intercede por nosotros cuando proclamamos la verdad al poder, a los funcionarios públicos que no protegen al feto, y ayudanos en animar votantes a elegir candidatos pro-vida.
Anímanos mientras nos acercamos a los heridos, y cuando hablamos como profetas del arrepentimiento, la misericordia y sanación a todos los que han sido involucrados en el aborto.
Reina de los profetas, que nunca pierdamos la oportunidad para confrontar esta cultura de la muerte, Hablando las palabras de la verdad y la vida como miembros del Cuerpo de Cristo, y compartidores de su misión profético.
¡Reina de los profetas, reza por nosotros! Amén.