Inmaculada Virgin, Madre de Dios,
nos regocijamos en el triunfo de tu Hijo Jesucristo
sobre el poder del pecado.
Contigo, le declaramos al mundo,
“Mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.” (Lucas 1:47)
El triunfo de Jesús, y la salvación que solo Él nos brinda,
se divisa en el hecho de que Él te preservo de todo pecado
desde el primer instante de tu concepción.
Tú, en verdad, eres “¡Llena de gracia!” (Lucas 1:28)
Como el Apóstol San Pablo nos dice,
No importa cual tentación nos llegue,
Dios nunca permitirá que seamos tentados más allá de nuestra capacidad.
Pero, nos dará una salida, para mantenernos fieles. (1 Corintios 10:13)
María, Te pedimos hoy
que intercedas por todos los que serán tentados con el pecado del aborto.
Sabemos que muchos llenos están con la desesperación,
y que los que abortan
no lo hacen por la libertad de escoger
sino porque sienten que no tienen ni la libertad ni el poder de escoger.
María, tú conoces el poder de la gracia de Dios
que vence todo pecado.
Entra en sus vidas,
con vierte sus desesperaciones en la esperanza,
y fortalece sus corazones para que hagan lo correcto.
Que puedan resistir al demonio, para que él se aleje.
Que puedan aceptar esa nueva vida
que Dios les ha confiado.
¡Y que puedan darle la bienvenida al Verbo Encarnado,
Quien tú presentaste al mundo
como la Fuente de nuestra Vida!
Oh María, concebida sin pecado
ruega por nosotros que tenemos recurso a ti. ¡Amen!