Dios de vida y amor generoso,
Tú comparaste tu amor por la humanidad
con el amor de una madre hacia su hijo.
Eres el Señor y dador de vida que
nos une a todos en el seno de nuestra Madre.
Tú le brindaste al mundo
el ejemplo de María, tu propia madre,
que dijo sí a la vida, aún entre confusión y sorpresa.
Por eso te agradecemos por las madres de este mundo,
que en su humanidad también son un reflejo de Ti, Señor Dios.
Son Tu regalo para nosotros.
Hoy oramos por todas ellas.
Para que puedan darse cuenta de la grandeza de su vocación
y tengan la fortaleza para vivir sin miedo.
Perdona sus pecados y mantén sus ojos puestos en Tí.
Danos la gracia de amar como deberíamos
a aquellas que aún están en camino aquí en la tierra,
Y a las que ya han dejado esta vida
dales un lugar de honor especial en tu Reino de vida eterna,
Junto a Ti, padre nuestro.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
-- Fr. Frank Pavone, Director nacional, Sacerdotes por la vida