Apenas hemos concluido la época de Navidad y nos encontramos inmersos en la época de las elecciones.
Y así debía de ser. Navidad es de hecho la mejor preparación para las elecciones. Es la fiesta de Dios haciéndose hombre, y por tanto uniendo toda la humanidad consigo mismo. Cada persona, en Cristo, tiene acceso inmediato a Dios, y tiene una nueva dignidad que va más allá de la recibida en nuestra creación.
Debido a esto, la política es transformada, porque si cada persona es un hijo de Dios, entonces la voz de esas personas cuenta, y las personas deben participar tanto en seleccionar como en influenciar sus líderes. Nadie puede ser rechazado o tratado solamente como una estadística o el engranaje en una rueda. Más aun, ningún gobernante puede justificar la discriminación, la sumisión, o la opresión.
Un escritor pitagórico expresó de este modo, en una ocasión, el papel de la autoridad civil: “El monarca tiene una autoridad irreprensible (y está por tanto no limitada por el consentimiento); él es una ley viviente; él es como un dios entre los hombres.”
La venida de Cristo entre nosotros ha cambiado todo eso; él ha transformado la autoridad en servicio, y ha sometido el poder al respeto de los derechos de las personas, empezando por la propia vida.
Es por esto que los Padres de la Patria hablaron de los derechos inalienables de vida, libertad, y búsqueda de la felicidad, derechos que preceden la existencia del gobierno y que son otorgados por el propio Creador.
Estamos ante una importante coyuntura en las Elecciones del 2012. Aquellos que prestan atención a los políticos están llegando a un punto de decisión con relación a qué candidato van a apoyar y con quién van a trabajar duro en los meses venideros antes del Día de las Elecciones, martes, Noviembre 6. Muchos de nosotros en liderazgos nos estamos reuniendo durante estos días y discerniendo la actual forma de la carrera.
Muchos de nosotros hemos formado una “Coalición Pro-Vida para Votar” (VoteProLifeCoalition.com) la cual en los próximos meses educará a los votantes, llamará a las Iglesias a observar los Domingo para la Registración de los Votantes (Mayo 27, Julio 1, y Sep 9), conducirá campañas de oración (incluyendo una novena de nueve semanas desde el Martes, Sep 4 hasta el Martes, Nov. 6) y mucho más.
Tendremos presencia en el camino hacia los múltiples eventos, en televisión y radio, en el internet y en las redes sociales, en las Iglesias y en las calles de América. Seremos implacables en el mensaje de que aunque haya muchos asuntos importantes, hay una cuestión primordial y fundamental, que es la vida en sí misma. Problemas como los abortos que niegan y atacan ese derecho y don fundamental, merecen por tanto, de acuerdo a las palabras de los Obispos Católicos, “una atención urgente y prioritaria” (Plan Pastoral para Actividades Pro-Vida, 2001)
Entre otros asuntos clave, por supuesto, está la defensa del matrimonio y la libertad religiosa. Pero para poder disfrutar el don del matrimonio o la libertad, ¡uno debe primero estar vivo! En verdad, el primer criterio de los servidores públicos necesita ser que ellos puedan distinguir la diferencia entre servir al público y matar al público. De otro modo, no debían de estar ocupando esos puestos ya que no son para ellos.
Por tanto, ¡dejemos que empiece la batalla! ¡Dejemos que el Pueblo de Dios se levante y se ponga a trabajar como fieles ciudadanos!