Dios Padre Nuestro, tu Apóstol Pablo declaró que el Espíritu que tu nos has dado no es un espíritu de cobardía,
Antes bien, es un espíritu de poder, amor y templanza (2 Tim 1:7)
Cólmanos Señor, hoy , con ése Espíritu,
En tanto vivimos en medio de la cultura de la Muerte
En la cual muchos contradicen nuestras creencias sobre la vida
Y muchos tratan de obstaculizar nuestro trabajo de salvar vidas.
En medio de la falsedad, Tú nos llamas a proclamar la verdad;
En la sombra de la muerte, Nos das la autoridad de generar vida;
Frente a la adversidad, Nos ordenas permanecer firmes.
Confiamos en tu Espíritu
Que cede espacio alguno a la cobardía,
Mas nos llena del valor para defender a los niños por nacer.
En Tu Espíritu, hablamos por éstos niños, cuando otros pretenden que no existan,
E invocamos sean protegidos, en tanto otros se lucran descaradamente de sus muertes.
Líbranos de toda cobardía y danos el valor.
Otorga al predicador el valor de proclamar El Evangelio de la Vida.
Otorga al estudiante el valor de defender en el campus universitario, al niño por nacer
Otorga al legislador el valor de introducir leyes pro-Vida.
Otorga al electorado el valor de elegir candidatos pro-Vida.
Otorga al periodista el valor de comunicar la verdad sobre el aborto.
Otorga al doctor y a la enfermera el valor de rechazar toda forma de participación en un aborto.
Otorga al abogado pro-Vida el valor de resistir el ridículo y el rechazo.
Otorga al terapeuta el valor el valor de conducir al cliente con mentalidad abortista, hacia la vida.
Otorga a la madre, el padre, y abuelos, el valor de dar la bienvenida a una nueva vida inesperada.
Otorga a aquellos que han tenido abortos, el valor de volver a Ti con arrepentimiento
Otorga a cada uno de nosotros, el valor de hacer exactamente lo que necesitamos hacer, para contribuir al fin del aborto.
Padre, Tu Espíritu es nuestro dulce reposo en medio de las fatigas propias de construir la Cultura de la Vida.
Que podamos disfrutar cada día, la abundancia de Su presencia y gracia,
Y que siempre sepamos que en Ti, nuestros esfuerzos y trabajo nunca son en vano.
Te pedimos esto en el nombre de Cristo, Nuestro Señor. Amén.
Fr. Frank Pavone, National Director, Priests for Life