Señor Jesús, en el comienzo de tu ministerio terrenal,
Citaste al profeta Isaías.
Declarando que el Espíritu del Señor reposaba sobre Ti.
Para traer liberación a los cautivos,
Y libertad a los que estaban oprimidos.
Nos regocijamos, como miembros de Tu Cuerpo,
Como piedras vivas de Tu Templo,
Como ramas de tu Viñedo Verdadero,
Puesto que compartimos ese mismo Espíritu.
También nosotros Señor, anhelamos aquel día venturoso
En que serán liberados los cautivos,
Cuando los niños por nacer, por tanto tiempo ignorados,
Que han sido tratados como algo inferior al ser humano,
Les sea devuelto el pleno derecho a ser respetados y protegidos como merecen.
Esta Señor, es una obra de Tú Espíritu.
por lo tanto, es una obra que todos tus discípulos
Están llamados a apoyar.
En el poder de Tú Espíritu, Señor Jesús,
Libera a los niños por nacer,
Y haz de nosotros, agentes de su libertad.
Señor, en tanto Iglesia, nosotros somos Tu Novia,
Y llenos de Tu Espíritu,
Añoramos Tu Regreso,
Para establecer a plenitud, el Reino de la Vida.
El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!», y el que escucha debe decir: «¡Ven!» (Apo. 22:17)
Pues Tú Vives y Reinas por los siglos infinitos. Amén!
Fr. Frank Pavone, National Director, Priests for Life