Domingo XII del Tiempo Ordinario - Ciclo B

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Intercesiones Generales: [Spanish PDF]
 

Celebrante: Con nuestra fe alimentada por las palabras de la Sagrada Escritura,expresemos nuestras necesidades al rezar al Señor, nuestro Dios.

Diácono / Lector:

Para que la Iglesia en todo El mundo se una en oración por la continua conversión de aquellos que aun no conocen a Cristo, roguemos al Señor…

Para que aquellos que enseñan y predican la Palabra de Dios en nuestro mundo, proclamen con audacia la promesa de salvación, roguemos al Señor…

Para que los políticos se esfuercen por reflejar cuidado y compasión por los pobre y vulnerables en nuestra sociedad, roguemos al Señor…

En acción de gracias por la creación y la vida, las cuales vienen del Señor de la tierra, del cielo, y del mar, roguemos al Señor…

Para que todos los que se nos han adelantado en la muerte, sean recibidos en el reino del cielo, roguemos al Señor…

Celebrante:

Padre, tú nos das todo lo que necesitamos. Al responder a estas peticiones, aumenta nuestra gratitud y nuestra fe. Te lo pedimos en nombre de Tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor.

Adiciones para el boletín:
 

 Un padre mira hacia atrás

Hace mucho tiempo el cantante de música country Kenny Rogers escribió una canción llamada "El agua y los puentes", que destaca el dolor de un padre después de perder a su hijo mediante un aborto. Rogers dijo a CNN que la canción no es sobre él, pero es "realmente acerca de las opciones que uno hace cuando es joven que luego se pagan cuando uno es viejo." Él explica, "Comienza con una pareja de jóvenes que tienen un aborto, y el tipo dice:" Si un padre pudiera abrazar a su hijo, podía deshacer lo hecho, pero supongo que todo el mundo vive con el agua y los puentes." Hay consejería disponible para cualquier hombre o mujer que haya perdido a un hijo a causa de un aborto. Ver www.RachelsVineyard.org para más detalles.

Puntos sugeridos para la homilía dominical:
 

Job 38:1, 8-112

Cor 5:14-17

Mc 4:35-41

La vida y sufrimientos de Job suscitan muchos cuestionamientos tanto para él como para quienes le rodean. ¿Qué hizo él de malo? Si él no cometió ningún pecado grave, ¿por qué tenía él que experimentar tanta desgracia? ¿Cómo puede uno hallar fortaleza en medio de tanta pérdida, y cómo se puede confiar en Dios de cara a tanta adversidad?  Job pondera su suerte, y tanto su esposa como sus amigos le brindan consejos.  Luego, una vez las humanas palabras han sido dichas, Dios mismo rompe el silencio y le habla a Job como lo indica  el capítulo 38, del cual se extrae la primera lectura de hoy. Dios le responde al desconcierto y a la perplejidad de los seres humanos, formulando una serie de preguntas que demarcan la diferencia entre Dios y sus criaturas. Sería muy instructivo en ésta homilía leer algunas de las otras preguntas en Job 38, las cuales traen un tremendo sentido de perspectiva a lo que usualmente solemos pasar por alto.  A menudo, nos resulta fácil cuestionar a Dios y pretendemos incluso asumir su rol. Y no obstante, cuando Dios nos pregunta si nosotros realmente somos capaces de asumir su papel o nos compele a ser capaces de realizar algunas de las cosas que él hace, las preguntas per sé, ponen en evidencia el absurdo del orgullo humano, y la necedad del rechazo a confiar en Dios.

Es la confianza en medio del peligro como aprendieron de igual forma los apóstoles, cuando Jesús, en la barca,  probó ser capaz de ser el único que puede responder las preguntas de Dios en Job 38- puesto que Él es Dios.

Ésta lección de confianza y profunda humildad a la luz de la Providencia infinita de Dios, es un antídoto tremendo a la tentación tanto de individuos como de familias, de recurrir al aborto  y la eutanasia. “Cómo podré sostener a éste niño que yo no planeé? ¿Cómo voy a poder manejar ésta enfermedad terminal?  Cuando éstas preguntas nos confrontan, como olas tempestivas en el mar amenazando con hundir nuestra barca, necesitamos escuchar las preguntas de Job 38, y reconocer el poder de Aquel que, aun cuando parece dormir, lleva siempre el control de las cosas.

Se ha dicho que el falso dios transforma el sufrimiento en violencia, pero el Dios verdadero transforma la violencia en sufrimiento. Sufrir puede tentarnos a recurrir a la violencia del aborto y de la eutanasia. Pero el Amor, la fe y la confianza, nos convocan a resistir el sufrimiento a la par que permanecemos en unión con Dios y con el prójimo.

Esta serie de lecturas no sólo nos inspiran a confiar y esperar en que necesitamos elegir la Vida,  sino que al final de cuentas, también  reta la arrogancia demostrada por la cultura de la muerte. Literalmente tratamos de ser “como” Dios en la medida que reclamamos el poder para determinar el tiempo y la forma de la muerte a través de la eutanasia y el suicidio asistido; o cuando tratamos de controlar las circunstancias de la concepción y nacimiento por medio de la planificación, la manipulación genética y el aborto.  Aún así, más allá de la inteligencia humana y de su orgullo de lo que puede llevar a cabo, existe “una nueva creación”, de la cuál habla la segunda lectura. La verdadera victoria sobre los males de ésta vida proviene de la transformación, ya disponible para nosotros, en Cristo Jesús.



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