Ez 33:7-9
Rom 13:8-10
Mt 18:15-20
Las lecturas de hoy ofrecen información importante sobre el testimonio a favor de la vida de la Iglesia y de cada miembro de la Iglesia.
Por la reflexión combinada de los temas de las lecturas, se puede decir que la Iglesia consiste en “centinelas de amor”. Porque amamos a Dios, amamos a los demás, y por lo tanto persuadimos a otros a que amen al mismo Dios y se aparten del daño destructivo del pecado. Cuando tratamos de cumplir con la exhortación de Ezequiel y de Jesús al participar en la obra misericordia espiritual de “amonestar al pecador”, se nos dice – que debemos de preocuparnos de nuestros propios intereses.”
Por supuesto que esta crítica no se escucha cuando los pecados que estamos tratando de evitar son políticamente correctos, como por ejemplo el evitar daño al medio ambiente.
Sin embargo, la corrección fraterna debe ser parte de nuestro interés ya que Dios nos ha confiado el uno al otro. El Dios de la Alianza ha confiado la vida de cada individuo a su prójimo (Evangelium Vitae, 76). Hay un vínculo natural de responsabilidad, porque todos somos una sola familia humana, y hay una comunión mística en la gracia y un daño que se le hace a todo el Cuerpo de Cristo por los pecados de cada individual. Por lo tanto, Por la tanto, la corrección fraterna y el ser “vigilante”, tiene sentido. La tarea es especialmente urgente cuando estamos representando a seres humanos indefensos que no pueden hablar por sí mismos.
El amor que describe Pablo en la segunda lectura es lo que infunde el movimiento próvida y motiva a sus participantes. La defensa de los no nacidos simplemente es aplicación del “amor al prójimo”. La defensa próvida, por lo tanto, no se tiene que ver como motivación ideológica o por motivación política. Simplemente se trata de amar en acción, y el amor que inspira no solo el trabajo de los centros de embarazos y los ministerios de sanación después del aborto, sino también los esfuerzos legislativos, los esfuerzos políticos, las protestas y cualquier otra forma de actividad próvida.
El pasaje de hoy termina con las palabras, “donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” ¿Por qué dijo el Señor que “dos o tres?” El esta ahí cuando solo hay una persona presente, ¿no? Ciertamente, lo esta. Pero es cuando “otro” u “otros” son capaces de dar amor al entregarse, y ese vínculo de amor entre los seres humanos se manifiesta en la presencia de Jesús como lo destaca en forma particular este pasaje.
Las lecturas de hoy ofrecen información importante sobre el testimonio a favor de la vida de la Iglesia y de cada miembro de la Iglesia.
Por la reflexión combinada de los temas de las lecturas, se puede decir que la Iglesia consiste en “centinelas de amor”. Porque amamos a Dios, amamos a los demás, y por lo tanto persuadimos a otros a que amen al mismo Dios y se aparten del daño destructivo del pecado. Cuando tratamos de cumplir con la exhortación de Ezequiel y de Jesús al participar en la obra misericordia espiritual de “amonestar al pecador”, se nos dice – que debemos de preocuparnos de nuestros propios intereses.”
Por supuesto que esta crítica no se escucha cuando los pecados que estamos tratando de evitar son políticamente correctos, como por ejemplo el evitar daño al medio ambiente.
Sin embargo, la corrección fraterna debe ser parte de nuestro interés ya que Dios nos ha confiado el uno al otro. El Dios de la Alianza ha confiado la vida de cada individuo a su prójimo (Evangelium Vitae, 76). Hay un vínculo natural de responsabilidad, porque todos somos una sola familia humana, y hay una comunión mística en la gracia y un daño que se le hace a todo el Cuerpo de Cristo por los pecados de cada individual. Por lo tanto, Por la tanto, la corrección fraterna y el ser “vigilante”, tiene sentido. La tarea es especialmente urgente cuando estamos representando a seres humanos indefensos que no pueden hablar por sí mismos.
El amor que describe Pablo en la segunda lectura es lo que infunde el movimiento próvida y motiva a sus participantes. La defensa de los no nacidos simplemente es aplicación del “amor al prójimo”. La defensa próvida, por lo tanto, no se tiene que ver como motivación ideológica o por motivación política. Simplemente se trata de amar en acción, y el amor que inspira no solo el trabajo de los centros de embarazos y los ministerios de sanación después del aborto, sino también los esfuerzos legislativos, los esfuerzos políticos, las protestas y cualquier otra forma de actividad próvida.
El pasaje de hoy termina con las palabras, “donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” ¿Por qué dijo el Señor que “dos o tres?” El esta ahí cuando solo hay una persona presente, ¿no? Ciertamente, lo esta. Pero es cuando “otro” u “otros” son capaces de dar amor al entregarse, y ese vínculo de amor entre los seres humanos se manifiesta en la presencia de Jesús como lo destaca en forma particular este pasaje.