Is 5:1-7
Phil 4:6-9
Mt 21:33-43
Ve este vídeo con ideas para homilías pero vida: https://youtu.be/A35HBg9h96M
Descripción: La primera lectura y el pasaje evangélico asignado a la charla de este domingo habla sobre la vina del Señor, y el hecho de que aquellos a los que la vina se le encomendó no respondieron adecuadamente al Señor tampoco cosecharon el fruto del cual buscaba.
En su lugar, rompieron el pacto, mataron a sus profetas y eventualmente a su Hijo, y luego se les quito la vina.
Reflexión: Dios ha entrado en un pacto de vida con su pueblo desde el principio, y los profetas hablaron incansablemente de las demandas de ese pacto, tanto al respecto a lo que el pueblo le debía a Dios y lo que se deben entre sí. Los que adoraban a Dios estaban para ayudar a su prójimo; los que creían en el Dios que les rescato tenían la obligación de cuidar y a rescatar a los demás. El hecho de no haber cumplido con esto les condujo a los reproches como los que se encuentran en Isaías 1. El tema se traslada a Isaias 5, cual es la primera lectura de hoy.
La parábola del evangelio, históricamente, se refiere, a la historia del pueblo de Dios matando a los profetas, a los cuales se le insistió a no adorar a dioses falsos o hacer pactos con la muerte. Un buen resumen de la historia del rechazo de la gente de la alianza se encuentra en el Salmo 106. El pueblo de Dios, habiendo heredado la tierra prometida, aún tenía que luchar con las naciones extranjeras a su alrededor. Se les advirtió que no se adaptaran a las prácticas de tales personas ya que no conocían el verdadero Dios. El pueblo de Dios, sin embargo, se mezcló con estas naciones e incluso se unió a sus rituales. El más grave de los pecados del pueblo de Dios fue cuando, a imitación de las naciones paganas, "Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios, y derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos y sus hijas" (Salmo 106:37 -38). En lugar de llevar el fruto de la vida, basada en la verdadera adoración, que dio el fruto de la muerte, basada en la falsa adoración.
La verdadera adoración en cambio, hubiera llevado a la gente a que adoptaran las advertencias de los profetas, las cuales son, “hacer justicia, desagraviar al oprimido, escuchar la suplica del huérfano y defender a la viuda” (Is. 1:17). Como dice Santiago, “El cuido de los huérfanos y las viudas tribulados,. . . hace que la adoración sea pura delante de nuestro Dios y Padre” (Santiago 1:27). Hoy día los más indefensos entre nosotros son los no nacidos.
Aplicación: En primer lugar, esta forma de pensar se puede aplicar a nosotros, en el que se nos confía una viña que es la alianza nueva y eterna en la sangre de Cristo. En los lazos de este pacto, Dios confía en nosotros para cuidarnos unos a otros. Unidos en su Espíritu, somos llamados a vivir la misma comunión que existe entre el Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esto nos permite a entregarnos el uno al otro, al igual que las tres Personas de la Trinidad lo hace, y como lo hizo Jesús en la cruz. Este es el fundamento de la auténtica unidad de la familia humana.
Desde antaño hasta el presente, dicha Alianza nos confiere obligaciones de unos para con otros. Como lo explicara San Juan Pablo II en Evangelium Vitae 76, Il Creatore ha affidato la vita dell'uomo alla sua responsabile sollecitudine, non perché ne disponga in modo arbitrario, ma perché la custodisca con saggezza e la amministri con amorevole fedeltà. Il Dio dell'Alleanza ha affidato la vita di ciascun uomo all'altro uomo suo fratello, secondo la legge della reciprocità del dare e del ricevere, del dono di sé e dell'accoglienza dell'altro. Nella pienezza dei tempi, incarnandosi e donando la sua vita per l'uomo, il Figlio di Dio ha mostrato a quale altezza e profondità possa giungere questa legge della reciprocità. Con il dono del suo Spirito, Cristo dà contenuti e significati nuovi alla legge della reciprocità, all'affidamento dell'uomo all'uomo. Lo Spirito, che è artefice di comunione nell'amore, crea tra gli uomini una nuova fraternità e solidarietà, vero riflesso del mistero di reciproca donazione e accoglienza proprio della Trinità santissima. Lo stesso Spirito diventa la legge nuova, che dona ai credenti la forza e sollecita la loro responsabilità per vivere reciprocamente il dono di sé e l'accoglienza dell'altro, partecipando all'amore stesso di Gesù Cristo e secondo la sua misura.
La viña que tenemos aquí en los Estados Unidos, en particular, nos confía un profundo regalo de la libertad. Podemos dar forma a nuestra propia cultura y gobierno. Dios nos pide que demos frutos de vida en lugar de abusar de nuestra libertad con las perversiones de la "elección" que terminan por quitar la vida.
Contexto y Elementos Adicionales: Sacerdotes por La Vida recomienda ciertos elementos estandarizados en una homilía Pro-Vida: alternativas al aborto, sanación y perdón después del aborto y respuesta a slogans comunes. Estos elementos de la homilía están subrayados en las sugerencias que brindamos en www.PreachingOnAbortion.com.
La congregación debería ser llamada a abrazar acciones conjuntas y prácticas a favor de la defensa de la vida. Unirse a (o comenzar) un comité parroquial Pro-Vida es uno de esos primeros pasos. Participar en un servicio de oración diario (ver www.PrayerCampaign.org) es otra forma. Se pueden también instar sugerencias en nuestro boletín Pro-Vida (ver www.priestsforlife.org/bulletin)