Segundo Domingo de Adviento
- Ciclo A
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Intercesiones Generales:
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Celebrante: Atentos a recibir a Cristo, quien por Su Gracia viene todos los días, le presentamos al Padre nuestras necesidades. Diácono/Lector: Para que la Iglesia, como la voz del heraldo en el desierto, nunca pare de proclamar la verdad y la justicia, aunque no sea lo popular, roguemos al Señor... Para que Dios, fuente de toda paciencia, le conceda a las naciones vivir en paz y harmonía unas con otras, roguemos al Señor... Para que nuestra nación escuche el llamado del Evangelio y reformemos nuestras vidas dándole fin a la practica del aborto, la eutanasia, y la pena capital, roguemos al Señor … Para que nuestras tropa, quienes defienden nuestra paz y libertad, sean fortalecidos por el Dios del consuelo, roguemos al Señor... Para que el Espíritu del Señor descienda sobre los pobres, los enfermos, los abandonados, y los moribundos, roguemos al Señor... Para que todos los que han fallecido resuciten a la vida eterna, roguemos al Señor... Celebrante:
Padre,
escuchamos tu llamado al arrepentimiento
y nos regocijamos porque nuestra salvación esta cerca.
Prepara nuestros corazones y nuestro mundo
para la venida de Cristo Tu Hijo nuestro Señor
quien vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.
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Adiciones para el boletín: |
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Nacimiento del Divino Niño El Adviento conduce a la Iglesia a la Noche de Paz cuando el mismo Dios se revela como uno de nosotros. Este tiempo nos lleva al gozo de Su nacimiento. Si Dios ha unido su naturaleza a la nuestra, ¿cómo es posible que permitamos que nuestra naturaleza sea despreciada? Si Él ha venido a darnos Vida Divina, y regresará para llevarnos al cielo, ¿cómo va a ser correcto que tiremos personas al basurero? Que Su nacimiento derrame protección sobre todos los que nacerán, y que al trabajar por poner fin al aborto, esperemos “con gozosa esperanza la venida de Nuestro Salvador, Jesucristo.”
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Puntos sugeridos para la homilía dominical: |
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Is 11: 1-10
Rom 15: 4-9
Mt 3:1-12 Ve este vídeo con ideas para homilías pero vida: https://youtu.be/uUDK1hkCvJI La prédica de las lecturas de hoy para sacar a relucir el tema de la vida se centrará en dos temas de las lecturas: justicia y bienvenida. El Mesías prometido trae justicia. La primera lectura y el Salmo indican que " Juzgará con justicia a los débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra". Esto significa que el "juicio" negativo impuesto a algunos, que se consideran menos dignos de protección o de otros bienes humanos, se invierte. Ahora, con el juicio correcto, se reconoce su dignidad y son tratados correctamente. Esta justicia es acompañada por la paz. "No habrá ningún daño o ruina..." La aplicación obvia a la cultura de la muerte en nuestros días es que la venida del Mesías, la preparación del camino del Señor, la realización de sus sendas y las demandas de arrepentimiento implican restaurar los derechos de todos los que están marginados, en particular los no nacidos y los discapacitados. Estrechamente relacionado con el tema de la justicia está el tema de "bienvenido", destacado por San Pablo en la segunda lectura. "Recibíros los unos a los otros, como también Cristo los recibió". Bienvenida significa que reconocemos la dignidad de la persona y damos cabida a esa persona ya sea si esa persona estaba esperada o no, planeado o no, conveniente o no. Esto contrasta con el concepto de "indeseado". Cuando alguien es "deseado" cumplen con alguna necesidad o expectativa de otra persona, y la tentación es pensar que su valor se levanta y cae con su grado de "indeseado". Bienvenido, por otro lado, reconoce que su valor es intrínseco a ellos. Son bienvenidos si queremos o no. Mientras que algunos (como Planned Parenthood) dicen que "Cada niño un niño deseado," nosotros decimos, "todos los niños (y cada persona) un niño bienvenido." Juzgará con justicia a los débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra
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