Fiesta del Bautismo del Señor
- Ciclo A
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Intercesiones Generales:
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Celebrante: Por nuestro bautismo, podemos presentarle nuestras peticiones a Dios nuestro Padre. Por lo tanto oramos con confianza. Diácono / Lector: Para que la Iglesia efectivamente dirija a toda la gente al conocimiento de Cristo como el Hijo de Dios, roguemos al Señor... Para que las naciones resuelvan sus conflictos buscando la paz y justicia traída al mundo por Jesús nuestro Señor roguemos al Señor... Para que los Cristianos, hechos uno bajo un solo bautismo, siempre acojan a los no nacidos, a los extranjeros, y a todos los que son vulnerables, roguemos al Señor… Para que cada uno de nosotros renueve el compromiso de nuestro bautismo, renunciando al pecado y prometiendo servir a Dios fielmente en su Santa Iglesia, roguemos al Señor... Para que todos los que padecen de alguna enfermedad, como hijos de Dios, le ofrezcan sus sufrimientos con paciencia y confianza, roguemos al Señor... Para que todos los que han fallecido compartan la Gloria de la vida eterna, roguemos al Señor... Celebrante: Padre, Te damos gracias por hacernos hijos tuyos. Te pedimos que atiendas nuestras suplicas. Te lo pedimos con mucha confianza por Cristo nuestro Señor. Amen.
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Adiciones para el boletín: |
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Bautismo y Vida “Quien es movido por el amor empieza a percibir lo que es realmente la “vida.” Empieza a percibir el significado de la palabra de esperanza que encontramos en el Rito Bautismal: por la fe espero en la “vida eterna” – la verdadera vida, la cual, completa y no amenazada, en toda su plenitud, es simplemente vida. Jesús, quien dijo que había venido para que tuviéramos vida, en toda su plenitud, en abundancia (Jn 10:10), nos ha también explicado lo que es la “vida”: “esta es la vida eterna, conocerte a ti único Dios verdadero, y al que enviaste” (Jn 17,3). La vida en su sentido propio no es algo exclusivamente nuestro o algo para nosotros: es una relación. La vida en su totalidad es una relación con el que es la fuente de la vida. Si estamos en relación con aquel que no muere, quien es la Vida en sí mismo y el Amor en sí mismo, entonces estamos en la vida. Entonces ‘vivimos’” – Papa Benedicto XVI, Encíclica sobre la Esperanza, Noviembre 30, 2007.
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Puntos sugeridos para la homilía dominical: |
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Is 42-4, 6-7 Hechos 10:34-38 Año A: Mt 3:13-17 Año B: Marcos 1:7-11 Año C: Lucas 3:15-16, 21-22 Hoy se nos presenta el misterio del bautismo de Cristo y el nuestro. Jesús es bautizado para revelarse a sí mismo como hijo único de Dios y a revelar a su misión de compartir esa filiación con nosotros pecadores. La realidad de su misión y nuestro estatus como cristianos bautizados, nos ayudan a entender nuestro compromiso a una cultura de vida. Ser cristiano es mucho más que ser una buena persona. Se trata de convertirse en una nueva persona, compartiendo un nuevo tipo de vida – la vida de Dios mismo. La Navidad, la celebración con la que se concluye la fiesta de hoy, no es sólo del nacimiento de un niño; es del nacimiento de una nueva humanidad. En Adán todos mueren; en Cristo, todos vuelven a la vida. Somos partícipes, por la fe y el bautismo, en la naturaleza divina. En cada Misa, como vierte unas gotas de agua en el vino, el sacerdote reza, "Por el misterio de esta agua y vino, seamos dignos de compartir en la divinidad de Cristo, que se humilló a sí mismo para compartir en nuestra humanidad.".. Eso es la temporada de Navidad. San Agustín expresó de esta manera: "Dios se hizo hombre para que el hombre pueda convertirse en Dios". El Bautismo nos da nuestra identidad como «pueblo de la vida» (Evangelium Vitae n.79). Bautizados en la victoria de Cristo sobre la muerte, somos también enviados a anunciar, celebrar y servir esa victoria (ver EV 78-101). Cuando renovamos los votos de nuestro bautismo, decimos que "rechazamos a Satanás y todas sus obras." Entre esas obras es la muerte. Sin embargo el hijo de Dios ha destruido la muerte, y eso significa que nosotros los que le seguimos igualmente estamos llamados a luchar contra ella. El aborto es una contradicción al bautismo. Tomemos en cuenta lo que hace la Iglesia en la celebración del bautismo. Un niño es traído en la congregación y es bienvenido por todos los que están presentes como un hermano, una hermana. A pesar de que algunos de los cristianos reunidos no conoce a este hijo y no saben el nombre del niño, declaran ante Dios que ahora aceptan al niño como uno de ellos. El Bautismo expresa la acogida incondicional de Dios de su pueblo, su llamado a ellos a compartir su vida. El Bautismo expresa la hospitalidad de la Iglesia de Dios y la responsabilidad incurrida por el hecho de que Dios nos ha confiado el cuidado de uno al otro.
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