Ser activamente pro-vida no significa sumarse a una causa o abrazar una ideología. No es simplemente una plataforma política o un pasatiempo. Es una espiritualidad. Es un aspecto de nuestro discipulado. Por lo tanto es una convicción y un compromiso configurado por la Palabra de Dios. Por eso continuamos con nuestras reflexiones sobre las forma en que las Bienaventuranzas nos enseñan a ser pro-vida.
“Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios.”
La paz es mucho más que la ausencia de guerra. El fundamento de la paz es la justicia, que todos los derechos de cada uno se protejan y que se reconozca la dignidad de todos. La paz significa que nuestras relaciones con Dios y con el otro son lo que deben ser.
Combatir el aborto es, por lo tanto, una de las formas en las que construimos la paz. El aborto oprime y elimina completamente los derechos del niño que se mata. En vez de promover las relaciones, las destruye, comenzando con la más elemental entre una madre y su hijo. Un constructor de la paz busca a los más vulnerables en la sociedad y exhorta al resto de la sociedad a recibirlos. Construyamos la paz defendiendo a los niños no nacidos y deteniendo la violencia del aborto.
“Bienaventurados los que padecen persecución a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.”
Los que trabajan por la justicia siempre serán perseguidos por los que promueven la injusticia. Los que trabajan para preservar la justicia más básica, la protección del derecho a la vida, son siempre perseguidos tanto por los creyentes como los no creyentes. Se los acusa de tener una visión estrecha y carecer de compasión, cuando en realidad son los que tienen la visión más amplia de todas y tienen compasión por los más vulnerables.
Porque saben esto, los activistas pro-vida pueden estar en paz en medio de la persecución. No deben distraerse ni deben dudar de sí mismos. Las burlas de las que son objeto son la promesa de una bendición desde arriba, la bendición de sufrir por hacer lo correcto.
“Bienaventurados ustedes, cuando los insulten y persigan y mintiendo digan toda clase de males contra ustedes a causa mía. Alégrense y regocíjense porque grande será su recompensa en el cielo.”
Tantos líderes pro-vida que conozco, incluyéndome a mi mismo, han sido falsamente acusados en público de abogar por o aún de cometer actos de violencia. Los centros de ayuda a la mujer embarazada que cada día con gran compasión atienden a los padres y sus bebés, han sido falsamente acusados de engañar al público. Los activistas que tratan de cambiar las leyes han sido falsamente acusados de oponerse a la democracia.
La retahíla sigue y sigue y prueba que la gente pro-vida está viviendo esta Bienaventuranza. Deben regocijarse, porque efectivamente su recompensa en el cielo será grande. Los niños que no pueden saber el amor que sienten por ellos la gente pro-vida y no pueden repagarles. Les repagarán en la resurrección de los justos.
Quienes quieran nutrir su espiritualidad pro-vida con reflexiones como esta para cada día del año, pueden obtener una copia de mi libro Pro-Life Reflections for Every Day (Reflexiones pro-vida para cada día).
Las bienaventuranzas: Un llamado a ser pro-vida – Primera parte
Las bienaventuranzas: Un llamado a ser pro-vida – Segunda parte